Por: Elsie Betancourt
En los últimos meses y por estar “encuarentenada”, he
tenido que ponerme al día en las lides tecnológicas. ¡O aprendo o aprendo¡... me
dije cuando en forma obligada tuve que empezar a manejar plataformas para hacer pagos virtuales,
(algunos de los que antes hacía en forma presencial), clases en línea, recursos para hacer más
atractivas mis enseñanzas musicales, entablar conversaciones grupales con hijos
y familiares, hacer prácticas corales, aprender cómo se hacen videos después de
sudar la gota gorda haciéndolos, jugar ajedrez y un sinnúmero de actividades
que necesitamos hacer para mantenernos sanos y activos.
Hay todavía algunas cositas que no domino y no me le mido
a opinar por no hacer el oso. Por ejemplo, hablar sobre las últimas canciones
que mi nieta Antonia de casi 10 años, quien canta y se acompaña (solita y al
piano) muy bien, porque yo no tengo ni idea cuales
son las que están de moda… Jugar con mi nieto Martin R. ajedrez; yo que pensaba
que dizque porque lo jugué mucho, se me iban a valorizar mis acciones
ajedrecísticas. ¡Que va¡… Resulta que ese niño de casi 10 años, cuando quiere
jugar una partida virtual me pone un tiempo límite para la partida: 10 minutos.
Uff ¡Yo siempre protesto por el tiempo estipulado, porque yo si necesito pensar la jugada bien
por lo menos en el doble de tiempo que él fija… me ha ganado y yo: picada.
Tengo que practicar más es lo que me digo cuando pienso en el ajedrez y
adelantarme poniendo el tiempo cuando planee jugar con el nuevamente... Qué
decir de Pedro, mi nieto de 3 años, cuando sus papás le dan un break y jugamos Temple Run, un jueguito en el
Ipad, donde un gorila persigue a un Sr.
y se necesita habilidad para sortear al gorila y los obstáculos… competir con
él requiere poner al máximo mi atención porque en cualquier momento, cuando pierdo, me sale
diciendo dizque: “Echi maleta¡¡¡”
Cómo cambian los tiempos. Definitivamente estos niños nacen sabiendo todo. Creo que para las próximas
vacaciones no sé si las de fin de año del 2020 o las de mitad de año del 2021 y
para recuperar mi honor, voy a tener que hacer un curso intensivo para cuando
pida revancha salir airosa de todas las pruebas que ellos me ponen en tan
comprometedores encuentros. Por lo pronto, ya compré por Internet un manual
dirigido para adultos: Videojuegos para dummies, dado mi nivel de primípara en
los videojuegos, espero no ser remitida al nivel de novatas. Voy a ponerme al
día en lo que suena para las más niñas, para tener tema de conversación con mi
querida nieta y aplaudirle sus conciertos.
Muchos psicólogos hablan de que una de las maneras más
efectivas para no envejecer, es la de jugar con menores. Ese interactuar es
como tener el elixir de la eterna juventud y remplaza con creces el engullir
pastillas de antioxidantes, colágeno y demás inventos. Hoy por hoy, por las
circunstancias actuales, se están “reinventando” las actividades recreativas en
familia, lo más alejadas posibles de los sedentarios juegos, chats por
celulares y peligrosas exploraciones en internet, gracias a Dios.
Mientras tanto, me seguiré puliendo para no hacer ni de
vainas, el oso y para estar a tono con las nuevas exigencias que tenemos los
abuelos del siglo XXI y ganarme la genuina admiración de mis nietos ¡
nerea6@yahoo.com
Elsy, abre el ojo o te come el oso. Pensar que ya estás hablando de nietos... Que vainas tiene la vida... Si señor...!!!
ResponderBorrarJaja y como se hace, a todos nos toca. La vida es corta y toca aprovechar los momentos que Dios nos presenta!🙌
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