Por Elsie Betancourt
Quiero reflexionar sobre este tema, porque me parece
interesante ver como los pretextos que uno se inventa ya sean consciente o
inconscientemente muchas veces lo que logran es que las personas se queden
estancadas, hasta se auto sabotean y en el peor de los casos pueden configurar
un estilo de vida. Me parece que la excusa es un tipo de enfermedad que no nos
permite avanzar, nos atrapa y muchas veces se vuelve nuestra compañera de vida.
La excusa es cuando uno saca razones para despojarse de
eventuales culpas, no tener ganas de hacer algo, liberar a alguien de una
obligación o responsabilidad, impedir que algo se concrete. Puede ser un
pretexto para evitar obligaciones o disculpar alguna omisión. Me viene a la
mente, antes de la pandemia, un pequeño
afiche que tenía en mi salón de clase, que decía: “EXCUSE LIMIT= 0”… la premisa
que tenía en mi clase era la de que no me gustaban las excusas y mis
estudiantes, jocosamente le recordaban a
sus otros compañeros la norma en mi salón, cuando el aguacero de éstas
inundaban la clase; ellos eran los encargados de recordar omitirlas cuando no
se cumplía alguna tarea… al menos se logró un poco de concientización en asumir
cada uno sus responsabilidades.
Las hay de todos los tamaños y contenidos; por ejemplo, culpamos a los maestros por nuestras calificaciones bajas, al gobierno por nuestra falta de plata, a la sociedad por nuestras actitudes vandálicas; hay casos en los que los estudiantes la tienen a la mano como: es que el internet falló, es que me duele la cabeza, es que se me olvidó, es que no puedo, es que es muy difícil; y así sigue la “laaarga” lista. La culpa, a veces, es de los otros no de uno. Me llega a la mente una frase que dice “Nunca expliques, Nunca te quejes...” Creo que el uso del pretexto y de la justificación a cualquier error o incompetencia, es un modo de disimular las inseguridades y en cierto modo de proteger el propio ego. Que tal si cambiáramos el “Es que yo no….” por “Reconozco que yo….”? De pronto se podría ver un cambio en nuestras actitudes y dejaríamos atrás el Esqueismo.
En una ocasión leí un comentario que hacía un escritor
francés Stendhal: “Quien se excusa, se acusa…” me parece sabio lo que afirma.
Pienso que en cierta forma estas excusas tienden a salvaguardar el autoestima y no mostrar
realidades que uno puede tener como la inseguridad, la inmadurez e incluso el
miedo. No sé por qué hay personas que se queman las neuronas inventando
pretextos, con lo fácil que es decir: No quiero, No tengo ganas, No me importa…
Será una mejor estrategia para erradicar la “excusitis aguda”? Quién sabe,
opinen…
Hoy en día, cuando alguien comenta que no tiene tiempo,
en realidad cuesta creerlo, porque todos podemos hacer lo imposible para
“sacarle el jugo” al día haciéndolo rendir y ni que decir de las redes sociales
(llámese twitter, whassap, facebook…) porque en 1 minuto actualizamos cualquier
información.
Somos expertos en buscar explicaciones para nuestros
fallos y así pasar a ser víctimas. Olvidamos que equivocarse es propio de
cualquiera y precisamente esas piedras que nos hacen tropezar son las que nos
permiten crecer y evolucionar. Con los años he descubierto que el mejor
medicamento para atacar este mal consiste en dejar de usarlas (las excusas) y
asumir la responsabilidad de cada una de nuestras acciones y de nuestros resultados.
Nadie es responsable de nuestra existencia. Todo triunfador y soñador está
libre de excusas.
Escucho las opiniones
de mis lectores…
nerea6@yahoo.com
Totalmente de acuerdo. Por que cuando uno le gusta algo, no encuentra excusas para no hacerlo?
ResponderBorrarElsi Me encanta este articulo porque nos lleva a reflexionar y visionar la realidad que vive el ser humano en su dia a día y especialmente a encontrar un camino hacia el crecimiento personal.
ResponderBorrarDe acuerdo con uds... todo queda lejos cuando uno no quiere ir
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