Por Elsie Betancourt
Quien iba a pensar que ahora para espantar el
aburrimiento en la mañana, en el mediodía o por la noche, los que estamos
confinados en un apto. o casa, asomarnos por la o las ventana/s permite entre
otras cosas, soltarle las amarras al aburrimiento, a la hartera de hacer todos
los días lo mismo, ser atropellados por tanta información de virólogos,
epidemiólogos y gurús pontificando sobre lo que nadie sabe nada. El esfuerzo que hacemos adultos y niños es
gigante para no colapsar. Después de esos largos 4 meses y para mitigar ese
estado de exacerbación, son muchas las alternativas que hay que buscar
para echarle un poquito de vitaminas a
las rutinas.
El encierro, como todos hemos experimentado, nos puede
llevar a vivir un poquito la vida del
absurdo. Pareciera que no tenemos más que descubrir. La sensación de pasear por
un precipicio que nos conduciría a enfermarnos, a caer voluntariamente al vacio
a veces es más potente y es lo que nos lleva a guardarnos con miedo. Para no
sucumbir en el intento de salir adelante,
hay que inventarse nuevas formas de activarse en el día.
Por ejemplo, me encanta cuando me despierto bien temprano
y oigo el canto fff (fortísimo) de
los pájaros que deambulan por donde vivo. Me alegra el comienzo del día. Es un
concierto precioso, que sólo se oye muy temprano en la mañana y se intensifica
cuando va a llover. Me recuerdo cuando murió mi mascota Nicanor hace algunos
meses y me propuse tener una mascota
“libre” junto a mí. Pensé en tener un pájaro que quisiera hacerme
compañía en la ventana. Hasta iba a comprarles una casita. Empecé a poner
alpiste, para ver si los atraería. Pero
que va, pasaron meses y el alpiste intacto.
Alguien me dijo “tú crees que vas a alimentar a los pájaros? Ellos saben
dónde buscar sus alimentos ¡” Que ilusa de mi parte. Muchos me han mandado a que me consiga un
perro o un gato y mejor, que adopte en vez de comprar. Hmm no se…
Mientras me resuelvo, seguiré apreciando cada amanecer
por la ventana, cuando el alba se engalana con su vestido naranja, en todos los
tonos, estirando los huesos mientras todos duermen (menos yo, porque me
acostumbré a madrugar); es un espectáculo para no perderse. La luz del nuevo día
comienza a apropiarse de todo. Hoy por hoy, la quietud de las calles es el
testimonio de lo que nos está aquejando. Afuera están los mismos zancudos, los
pájaros retozando, las iguanas que
saltan a comerse las flores de los árboles, las ardillas que cual equilibristas
transitan de un cable de alta tensión al otro, sin que les pase nada y buscando
que comer. Más tarde, empiezan a pasearse los vendedores de aguacates, frutas,
guineos, con un “galillo” que envidiarían los tenores de cualquier coro. Cómo
logran sacar esos vocerrones sin desafinar ni usar las respiraciones
diafragmáticas? Será que lo logran sin querer queriendo? Por las tardes, las vendedoras de bollos con
una voz fuerte, aguda y clara ofreciéndolos y vendiendo sus cocadas hacen
retumbar el silencio de las calles con sus chorros de voz. En cualquier momento
del día, los ensambles musicales de los venezolanos, que salen a rebuscarse
entonando las canciones de siempre, alegran el silencio de los que viven en los
alrededores y yo por lo menos desde mi ventana me deleito escuchándolos y
colaborándoles, por supuesto¡
Pareciera que ese mundo externo está intacto. Valdría la pena reflexionar sobre nosotros. No podemos
menospreciar a nadie, porque a lo mejor algún día nuestra vida dependerá de
alguien. El Covid es a los humanos, lo que nosotros somos al planeta. Nuestro entorno ha mejorado por el respiro que
ha tenido sin la presencia dañina del hombre. Ese mensaje es poderoso. Pero de
un día para otro, el miedo se ha anidado en el corazón de todos. La sensación
de seguridad, de inmortalidad y de confort ha desaparecido. Aunque muchos para
combatir el virus crean que es un enemigo selectivo que no ataca a los fuertes,
sólo a los débiles. Hay que estar en alerta máxima¡¡ Desde la ventana creo que
empezaremos a vislumbrar lo que tanto deseamos en estos días: Vivir la libertad que antes teníamos….
nerea6@yahoo.com