domingo, 26 de diciembre de 2021

Celebremos...



Por Elsie Betancourt

          Hoy más que nunca, la vida en si es una fiesta que merece ser celebrada. Por más que todas los eventos que nos han enrarecido la normalidad, indiquen que no hay demasiado tiempo para dedicarnos a ello, lo cierto es que en momentos especiales y en medio de grandes desafíos, el celebrar y festejar se convierte en una herramienta súper efectiva para el auto estima, la valoración y la conjunción de todos aquellos que transitamos juntos en el mismo camino, ya sean familia, amigos, mascotas y por qué no, al que nos topamos sin querer en cualquier sitio, seres prácticamente desconocidos, los que en algún momento nos ayudan y que se constituyen en ángeles en nuestro camino.

            La palabra “celebrar” viene del latín “celebrare” que significa acción de reunirse. Hay distintos tipos de celebraciones: las que se hacen en familia, en las que algunas con muchas carencias e historias de violencia pueden encontrar muy difícil el motivo de celebración y festejo, sin embargo, dentro de esas restricciones y a su manera festejan; también están los festejos que tienen un buen soporte económico para echar la casa por la ventana... igual de lo que se trata es de sentir el gozo interno que no tiene que ser reafirmado por algo externo. No es necesario, por ejemplo, dar una gran fiesta para cumpleaños, (aunque está bien que se haga si se siente y se disfruta), sino gozar “sencillamente”, de las celebraciones cotidianas, íntimas o compartidas.

         Sólo pensar por ejemplo en las tradiciones navideñas, ilumina el rostro de la mayoría de la gente y despierta muchos sentimientos de añoranzas (por lo menos a mi me pasa), cuando pienso en los platos especiales: los perniles, las paellas, las canciones tan familiares que recogen toda la nostalgia de estas celebraciones…. los rituales, definitivamente siguen marcando algunos de los momentos más importantes de nuestras vidas, desde los hitos personales, como los cumpleaños o las bodas, hasta las celebraciones de días como en la navidad, las 12 uvas, los propósitos para el nuevo año, los regalos del niño Dios, la quema del año viejo, etc.

           La vida diaria es estresante y está llena de incertidumbres. Ha estado llena tanto de partidas finales como de primeros encuentros en todos los ámbitos. Tener una época especial del año en la que sabemos exactamente qué hacer como lo hemos hecho siempre, nos transmite una agradable sensación de control. Me pregunto por qué sólo se celebra con todo la navidad y el año nuevo? Sería muy chévere estar en la onda familiar todo el año… Me encanta oír que se celebra el día del médico, de la madre, del padre, del niño, del medio ambiente, del músico, de la enfermera, etc.…. las fiestas patronales, por ejemplo, como la de la Virgen del Carmen, en donde el regocijo por esa tradición es bien importante para muchos sectores en la costa Caribe; chévere esa preocupación por conmemorar fechas relevantes para el reconocimiento y visibilización de los grupos de interés para una comunidad.

          Yo diría que las celebraciones son regalos intangibles, pero valiosos que se recordarán toda la vida. He aquí la importancia de celebrar nuestros logros y festejar las fechas importantes y compartir nuestras alegrías. Un proverbio sueco que leí hace un tiempo me llamó la atención, decía: “Una alegría compartida es doble alegría, una pena compartida es media pena” ...Me quedo con todo lo que me genere alegría y la pueda transmitir a los demás y espantar así las moscas de los sentimientos que enrarecen el bienestar porque celebrar el día de/l/la, o simplemente vivir con gozo, siempre agregará un significado especial a todo lo que hacemos en la vida. No hay otra para hacerlo.

nerea6@yahoo.com


sábado, 4 de diciembre de 2021

La Alegría que todavía hace Falta…

 

Por Elsie Betancourt

            Poco a poco nos estamos acostumbrando nuevamente a la alegría colectiva, que tanta falta nos hace. Las investigaciones han descubierto que la gente se ríe 5 veces más cuando está con otras personas que cuando está sola. Hasta intercambiar mamaderas de gallo con cualquiera basta para desatar al menos sonrisas… eso no quiere decir que no se pueda encontrar placer al ver una serie de televisión como Yo me Llamo, por ejemplo, que puede desatar goce de esa actividad colectiva.

            Cuando nos reunimos en torno a un propósito compartido, el sentimiento de energía y armonía que se siente es grande. No más ver cuando juega la Selección Colombia el país y mas Barranquilla se pone en “modo Selección”. La efervescencia colectiva se muestra por ejemplo en todos los vendedores con la amarilla puesta; la gente bailando y coreando a los jugadores predilectos cuando saltan a la grama; últimamente no ha valido distanciamiento ni tapabocas, (cosa con la que no estoy muy de acuerdo… por si las moscas hay que cuidarse) sólo prevalece la ilusión de que la Selección pueda llegar a Qatar. “Juntos” hacemos mucha fuerza.

            Con la llegada del Covid,  los momentos de conexión colectiva se redujeron a la mínima expresión. Ahora te conectas con el gato, con el perro cuando lo sacas a pasear y con las personas con las que convives y las que están a distancia, a través de medios digitales. Antes, todo el mundo de lejos;  ahorita, no tanto y hasta demasiado “desinhibidos”.

            Las emociones son como enfermedades contagiosas: se transmiten de una persona a otra. Al comienzo de la pandemia en marzo del 2020, la primera emoción que se propagó fue el miedo. Una ola de pánico se extendió en las comunidades hasta el punto de que paquete que llegaba tenía que ser desinfectado y hasta el gel antibacterial escaseaba por ser acaparado.  Muchos perdieron sus seres queridos, otros se quedaron sin trabajo, muchos locales comerciales quedaron desocupados y la gran mayoría perdimos semejanza con la vida normal. Antes, cuando veía a las mujeres árabes con la burka siempre me preguntaba hasta cuando esa moda finalizará y veo que ha llegado al resto del planeta para quedarse. Hasta la depresión o ansiedad se disparó: mientras 1 de cada 10 personas la padecían, ahora 4 de cada 10 la sufren.

            En todo este escenario, a pesar de que el sector musical se enfrenta a daños incalculables, famosos artistas, profesionales anónimos o aficionados amenizan “la añoranza de la normalidad “con el poder del pentagrama; se oye música en calles vacías, también desde un patio, una azotea, un balcón, centros comerciales y redes sociales. Ponen la nota linda, que entra a ser fuente de optimismo, solidaridad y arte en estos tiempos tan ajetreados de pandemia en donde las variables griegas van remplazándose.  

            Todos sabemos que la música siempre ha sido parte de nuestra especie, bajo muchas formas. Ha sido hasta un tipo de lenguaje.  En un momento dado es clave para relajar y disminuir el estrés. Escuchar las canciones favoritas ayuda a no sentirnos solos, a levantarnos el ánimo, a cantar así sea en el baño, manifestando emociones de forma creativa.

            Tal como dice un artículo del Departamento de Comunicación de Naciones Unidas: “La música no cura una pandemia, pero alegra el alma”. Yo agregaría que es muy necesaria para llenar nuestros vacíos. Con la llegada de Diciembre, muy seguramente su papel será protagónico. Esta época del año es la que mas carga emocional tiene. Sentimos desde ilusión y alegría hasta tristeza y añoranza. Muchas…? (o pocas) serán las reuniones sociales y familiares que nos pueden hacer disfrutar para rencontrarnos con nuestros seres queridos y recordar a los que se han ido. Ojalá que prime en éstas la mesura y el cuidado.

            Para muchos, la alegría que hace falta, es la esperanza por emprender y lograr algún proyecto personal o profesional; la esperanza por mejorar la salud y la ilusión de sentirnos vivos y que cada día esté lleno de lo mejor para que tenga su propio sentido la vida. A pesar de lo que describen los cuentos de hadas, la felicidad no aparece por  arte de magia, ni llega porque si… hay que cultivarla. Siento que ésta puede ser una llave para tener una vida plena. Lo único que se lleva uno de esta vida es lo que vivimos, así que hay que vivir con alegría lo que uno se quiera llevar.

nerea6@yahoo.com      

domingo, 14 de noviembre de 2021

A La Conquista del Olvido...


Por Elsie Betancourt

                        La relación entre memoria y olvido es incuestionable. No se puede hablar de la memoria sin hablar del olvido. De hecho creo que olvidar no es malo, porque que tal que pudiéramos recordar cada minuto y cada detalle de nuestra existencia y de lo que hacemos a diario?…sería insoportable y cansón¡¡ Lo que puede preocupar es olvidar cosas que pueden ser importantes y útiles para nuestra vida. A medida que envejecemos, según los neurólogos, el funcionamiento de nuestro cerebro va variando y no tiene la misma capacidad que cuando jóvenes.  Para nuestra tranquilidad, los médicos dicen que no hay nada extraño en olvidar de manera ocasional fechas, actividades, nombres, si somos conscientes de ello y no va en contravía de nuestras actividades rutinarias.

            Un ejemplo que ilustra cómo el olvido entierra grandes hitos en la vida,  es el que puedo extraer de un interesante curso al que asisto, sobre los Grandes Imperios  Europeos del siglo XVI.  Me ha llevado a reflexionar sobre el hecho de que pasaron muchos siglos y mucha sangre para que algunos – no todos – comiencen a ver la conquista de América como el primer paso en la destrucción cultural y económica de todo un continente. La imagen de Cristóbal Colon desembarcando en la nueva tierra descubierta, transmitió durante muchos años la sensación de alivio y esperanza, que de no haber sido así no seriamos la civilizada América que somos hoy, sino salvajes sin alma y sin Dios, ajenos por completo al progreso. Hoy se cuestionan esas “proezas” de los conquistadores y se asocian a los grandes genocidios que ha habido en la humanidad. Será mejor seguir olvidando y no desenterrar esos hechos? De pronto serviría para no replicar hoy, lo que no tiene razón de ser.

            Con frecuencia hay que desempolvar el cúmulo de hechos, vivencias o experiencias vividas, que reposan en nuestra memoria musical, sensorial, personal, muscular, etc. para que no queden perdidos en lontananza. Hace unos días recibí un simpático video en el que desfilaban representantes de 2 generaciones: la de ayer y la de hoy… comparaban por ejemplo canciones cantadas por 2 “gomelos”, en donde con la gorra al revés, sin camisa y con una grabadora gigante al hombro, entonaban canciones de Maluma, Bad Bunny, J. Balvin, Ozuna, etc.… (unas lindas y la mayoría irreverentes y que agreden a la mujer);  mientras,  en contravía se oían las canciones tradicionales de las verbenas de barrios, siendo un par de señores con un tocadiscos de los antiguos en hombros los que pasaban y entonaban: canciones de la vieja guardia, salsa y boleros que son una apología al disfrute  de la música que sensibiliza  corazones y no los instintos … ¿ será que sucumbirán esos registros musicales que cuando pequeños escuchábamos, ante los avasallantes rapeadores de ahora? En nosotros está  recuperarlos. A lo mejor sonará como a “Música Vintage”  para las nuevas generaciones pero vale la pena para los de la Generación X, Millenials, etc.

            Casi siempre cuando recordamos: añoramos y sonreímos. En algunas ocasiones funciona para tener presentes nuestros errores y no volverlos a repetir. Hay que tomarlos de una manera enriquecedora. Los recuerdos de la vida nos ayudan a valorar lo que hacíamos antes por ejemplo de la pandemia: salir a pasear, ir a un café con amigos, ir al cine.

            No sé si aplique el dicho “todo tiempo pasado fue mejor…” puede que hoy esté mandado a recoger; de pronto yo diría que el gozo de tener familia y amigos ayuda a revivir  los momentos de grata recordación, reto para todos los que nos proponemos conquistar el olvido.  Esto me lleva a recordar un bello poema que encontré de autor desconocido en donde el afirmaba que “El paso del tiempo no es olvido, ni el silencio su razón, no se olvida con la mente se olvida con el corazón….”

nerea6@yahoo.com

           


lunes, 1 de noviembre de 2021

Soñar no Cuesta Nada


Por Elsie Betancourt

            El cielo por la noche, puede ser un lugar maravilloso cuando está lleno de estrellas; hay algunas luces que brillan más que otras. De niña, recuerdo que me encantaba contar cuales eran las que más brillaban y eran las más grandes, especialmente en Navidad y junto con mis hermanas, nos poníamos a ver cuáles guiarían los 3 reyes magos.

            No es el brillo en lo que se diferencian las estrellas; según los astrónomos, a medida que avanza la noche y el fondo del cielo se oscurece, suelen verse  estrellas rojas, blancas, azuladas…

            Hoy, en nuestro cielo tenemos luminarias de varios tipos y colores. El fondo de éste suele nublarse con las faenas que se presentan actualmente. Están  las estrellas que siguen estando firmes en el firmamento y las llamo “etéreas”, siempre brillantes e iluminándonos y  las de “carne y hueso” que  están presentes en nuestra cotidianidad. En esta última denominación, hay de todo como en botica. Las estrellas de la arena política que se distinguen por el halo de corrupción, mentiras y cinismo que exhalan,  que traen pobreza y desigualdad social a la mayor parte de los colombianos. Según el Dane: “sólo el 30% de los hogares de la región Caribe se alimenta 3 veces al día.” Una maquinaria que está bien enraizada en “casi” todos los niveles.  Sé que es un lugar común hablar mal de los políticos y de la política en general. No voy a detallar esos penosos hechos, en donde ni los niños se escapan a la acción de éstas (estrellas).  No son todos los que están en el frente político, pero habría que contar con los dedos de la mano los que pueden tirar la primera piedra y quedar excluido de esa marea.


            Prefiero hablar más del otro tipo de estrellas colombianas, aquellas que con trabajo, dedicación, disciplina y respeto muchas veces trabajando en precarias condiciones, dan ejemplo y posicionan al país.  Ejemplos los tenemos a montones; en el planeta  musical, quien no conoce a Shakira, Juanes, Carlos Vives, Cepeda, Niche y sigue la lista…?  Los referentes de otras disciplinas, ya sea en el futbol: El Pibe Valderrama, Luis Díaz, James,  David Ospina; en boxeo Pambelé, Happy Lora, Rivas el más reciente campeón de boxeo.…. Cabal y Farah, en tenis…;  se me escapan muchos nombres y todos están donde están con  esfuerzo puro, talento y trabajo… y gracias también a la empresa privada que se ha metido la mano al dril, para  ayudarlos a seguir adelante. Qué ejemplo ¡


            ¿Me suelo preguntar cómo harían estos deportistas y artistas política? Se contaminarían? Qué tal si esa parranda de políticos se le midieran a trabajar pero para los demás, no para ellos? Viviríamos en un paraíso… éstos (los políticos) aprenderían que en la vida no todo es fácil, que el respeto y  el trabajo conducen siempre a lograr metas…. Y que  nuestra identidad está ligada a nuestra cotidianidad y allí es donde están nuestros valores. Cuando oímos el himno nacional en otros espacios fuera del país, se siente orgullo del bueno…  nuestra identidad la forman nuestros héroes especialmente en el área de la música, la literatura y el deporte entre otros porque, en otros espacios, “entre el diablo y escoja”.

            Todos sabemos que no se debe matar, robar ni mentir. También que las cosas son de sus dueños  y que todos debemos ser tratados como iguales y libres pero… eso no pasa aquí. A diario lo que vemos es violencia de género, secuestros, masacres, narcotráfico y corrupción y lo que es peor la indiferencia  cubriendo nuestro cielo. No quiero darle un tinte dramático al artículo.  Todavía estamos esperando “Ganar el pan con el sudor de nuestras frentes  y  esperar a que San Pedro nos lo bendiga”.

            Siempre he creído que quizás, un poeta, un pintor, un músico, un actor, un novelista, un deportista, sea hombre o mujer, alguien con sensibilidad, alguien acostumbrado a mirar la realidad y emocionarse, a escuchar, alguien que vence la realidad no para matarla sino para cambiarla, debería hacer parte de cualquier “equipo político”. Falta sensibilizar los mandatos (si es que los dejan) y propiciar ojalá, una nueva generación de colombianos que cambien este estado de cosas y brillen en el firmamento como nuevas estrellas.  Soñar no cuesta nada.

nerea6@yahoo.com

jueves, 21 de octubre de 2021

Cuestion de Actitud ...

 

Por Elsie Betancourt

            Todos sabemos que las canas, las arrugas, la forma física y otras arandelas han sido tradicionalmente interpretadas como signos de “distinción”  en los hombres más que en las mujeres. Las canas supuestamente hacen al hombre más atractivo e interesante, como si el hecho de tenerlas sea sinónimo de inteligencia… pero bueno…. Qué pasará con los calvos?  Con la mujer, la “vaina” es distinta. La tiranía de la juventud, desconoce que las mujeres de más de 50 y 60 años, con canas, arrugas, gorditos, manchas, siguen teniendo vida y aspiraciones de muchos tipos. A mí en particular, las canas no me gustan por eso me las pinto…  Menos mal que el prejuicio por la edad es uno de los últimos sesgos de nuestra cultura y está íntimamente ligado al sexismo;  éste se ha quedado (ese sesgo) viejo,  decrépito y camina poco a poco hacia la extinción.

            La palabra viejo o vieja tiene connotaciones distintas…. Quien no recuerda a Piero con “viejo, mi querido viejo… ahora ya caminas lento.”  Preciosa esa palabra viejo… ¿o no? Hay otras que no son tan lindas, por ejemplo cuando se aplica a los ancianos (que para allá vamos todos) y se  relegan al cuarto del olvido, porque pueden estar enfermos y/o ausentes mentalmente… un amigo me compartió un bello poema de Luis Correa: Nos llegó la tarde…”  su autor afirma ahí que  “Viejo es el mar y se agiganta…. Vieja es la Luna y nos alumbra….. Viejo es el amor y nos alienta…”. Lo recomiendo.



            Pienso que ahora los mayores, en especial las mujeres  son cada vez menos invisibles. Están recuperando el lugar que siempre debieron tener en la vida pública y en otros espacios.  Creo que no hay que “echar las campanas al vuelo”, porque el proceso está en curso y va lento…. Actualmente aparecen por ejemplo, mujeres mayores en altos cargos de política, algo impensable hasta hace poco, aunque raramente pasan de los 70 años. En cine por ejemplo,  hay pocos papeles de actrices mayores como protagonistas. El tener el  factor CAF (canas, arrugas, flacidez), no es algo que atraiga a los cineastas, a los políticos, a grandes empresarios,  para promover el protagonismo femenino, (aunque la cosa está cambiando).  En los anuncios, las y los mayores sólo aparecen haciendo publicidad de gel para prótesis de dentaduras, pañales para contención urinaria, sopas y medicinas para achaques. Ahora hasta las mujeres entradas en carnes y mayorcitas, son las modelos…el tiempo lo cambia todo. Creo que la experiencia que se acumula (llamada en forma despectiva vejez),  siempre marcará una valiosa diferencia, en cualquier ámbito.

            Personalmente pienso que la llegada a los 60, 70, 80,  hace que tanto hombres como mujeres se cuiden por gusto propio, para sentirse bien no para ser Cuchibarbies,  error en el que muchas y muchos caen… creo que la vejez hay que asumirla de la mejor manera, porque de esa manera se empodera la experiencia.  Los años deben ser una señal de bienestar de plenitud y no de decadencia.

             Para mí, hay cosas que mantienen joven el espíritu entre otras: 1.- Gozar a los nietos (si se tienen, o si no, a la mascota): Mis 6 nietos me hacen sentir realizada y  llena de la energía que transmiten; me recuerdan constantemente cuando mis 3 hijos estaban pequeños y fueron creciendo con todas las experiencias enriquecedoras vividas con ellos;  2.-la actividad física, llámese caminar, practicar algún deporte, hacer ejercicios;  3.-hacer cosas novedosas cada día, asistir a actividades de corte intelectual y recreativas…. 4.- Tener amigas: Cuando el tiempo pasa, la vida vuela, los hijos crecen, los trabajos van y vienen,  las amigas o hermanas,  son las que estarán al alcance siempre.

              Por todo lo anterior, necesitamos crear un sello que rompa la invisibilidad de los y las mayores de hoy porque irremediablemente el tiempo no se para, pero la intensidad de cómo se vive cada minuto, dicen los entendidos, es sólo una cuestión de actitud.

nerea6@yahoo.com

lunes, 4 de octubre de 2021

Verdades Ocultas ....

 

Por Elsie Betancourt

            Todos hemos seguido la destrucción o vandalización de monumentos en distintas partes del mundo. Ello pone en evidencia la clara tensión que hay entre la historia del mundo y la memoria particular de comunidades. Aunque cada uno de éstos evoca un acontecimiento histórico muy particular, los que se  vinculan con el racismo, la esclavitud y el genocidio, generan muchas controversias actualmente

            La palabra Monumento es de origen latino y hace referencia a mente, memoria o recordar. En otras palabras, el monumento es un instrumento o medio para recordar alguna cosa, persona, sitio o suceso que de alguna forma haya marcado su huella en la historia de una comunidad. Es testimonio de la existencia de nuestros antepasados, de sus prácticas y formas de vida.

            Barranquilla (entre muchas ciudades colombianas) por ejemplo,  en su historia ha dejado muchas huellas para las nuevas generaciones;  algunas prevalecen y son meritorias: Estatua del Joe Arroyo: homenaje a la música y folclor tropical; monumento de María Mulata: homenaje a la fauna del Caribe Colombiano; Estatua del Libertador Simón Bolívar, homenaje a quien nos liberó del yugo español….Barrio El Prado: arquitectura que deleita; Estercita Forero, la novia inolvidable de Barranquilla, que ojalá no caigan en el deterioro…siguen muchas más;  hay otras,  a las que la modernidad, la indiferencia, la ignorancia, el poco sentido de pertenencia, la indolencia y la desidia intentan borrar y remplazar esa riqueza  heredada de nuestros antepasados. Ejemplos hay muchos: El Museo Romántico, que tiene todo el acervo de lo que fue la historia de Barranquilla, El Teatro Amira de la Rosa, cuna cultural de la ciudad,  el edificio donde hasta hace unos años funcionó Bellas Artes, antes de que empezara a caérsele el techo, Barrio El Prado que gracias a la salvaguarda que ha tenido, se  ha impedido que sigan tumbando las casas que lo engalanan… y sigue la lista.


                      


                Dentro del rango de  monumentos existen los que son naturales, que son obra y gracia de la naturaleza. Son declarados así  por la majestuosidad que brindan; se pueden considerar una marca en la ciudad, un referente para ubicarse, pero no enseñan ni comunican, ni generan reflexión porque pueden estar constituidos por formaciones geológicas, paisajes y zonas naturales en la que viven especies animales o vegetales cuya existencia hoy por hoy quizás puedan estar amenazadas por la depredación humana. Algunos ejemplos: Gran Cañón del Colorado en Estados Unidos, Los Castillos de Algodón que son cascadas petrificadas que forman piscinas naturales con agua a 35oC en Turquía, El Glaciar Perito Morena ubicado en Argentina, una de las reservas de agua dulce más importante del mundo…etc.


                                               
                                                            ...Glaciar Perito Morena 
     
                                                               ...Gran Cañón del Colorado


 
                  ...Castillos de Algodón

Hemos vivido en carne propia, lo que  Colombia ha tenido que afrontar por el derrumbamiento de estatuas que representaron en su momento el sojuzgamiento de comunidades especialmente indígenas, que tenían su propia cultura: costumbres, idiosincrasia, lenguas y que fueron borradas por el afán de los conquistadores especialmente españoles, buscando riquezas y pretendiendo colonizar a la fuerza, comunidades enteras distintas a la raza blanca.  La destrucción de estatuas de conquistadores por ejemplo, fue evidente en el estallido social reciente en Colombia donde un grupo de indígenas de la etnia Mizak, derribaron la estatua del conquistador Sebastián de Belalcazar, ubicada en Popayán, Cauca, en rechazo a los actos violentos que se le atribuyen. Es una historia que muchos no conocemos y erradamente creemos que como monumentos hay que preservarlos porque testifican el encadenamiento de sucesos que nos llevan a lo que hoy tenemos. Si las piedras hablaran que dirían…

          
                                                ...Sebastián de Belalcazar

            Pienso que ahora hay muchas preguntas que antes no nos hacíamos, porque éramos y aun todavía, seguimos siendo consumidores pasivos de la historia. Creímos que ésta la cuentan los vencedores y no se escucha la voz de los vencidos. Tal vez es el momento de cuestionar los monumentos, crear nuevos o revalorarlos históricamente. Es bien cierto que la historia no se puede destruir pero si hay que repensarla. Hay que reconocer que estas campañas militares o procesos de conquista, muy sangrientos en su momento, fueron muy relevantes para la historia de la humanidad. Pero en pleno siglo XX1 resulta terrible ese proceso de oprimir o apoderarse de otro territorio y habitantes, explotando su materia prima sin freno alguno.

            Los expertos en conservación del Patrimonio Cultural de una ciudad o país, afirman que es importante “rememorar y evocar un acontecimiento, una construcción o una persona y lo que significan para la sociedad y  la ciudad donde estén ubicados”. Los monumentos, en general deben  enseñar que  la memoria y la verdad construyen futuro. Creo que no se trata de inmortalizar personas sino pensar en el mensaje o símbolos que queremos que perduren en el tiempo.

nerea6@yahoo.com

 

lunes, 20 de septiembre de 2021

Peludos y no Peludos… ¿Conscientes?

Por Elsie Betancourt 

              La mayoría de las veces, tener una mascota significa, compañía y deleite; las más comunes son los perros, gatos, peces, loros, periquitos, hamsters, entre otras. Si los tenemos desde cachorros, tejen con sus dueños, lazos fuertes de afecto. He tenido durante mi vida, perros a los que he criado con mucho amor, hasta cuando envejecen sin que pierdan su gracia y encanto. Definitivamente son grandes compañeros para todos: niños, adultos y personas mayores. Acabamos sintiéndolos como un miembro más de la familia, hasta el punto de estar muy pendientes de su bienestar y felicidad; Si no que lo digan los miembros de los Fuenmayor Gutiérrez, con su mascota Yuyi, que es un miembro adorado para todos.

...Yuyi

            Ahora que adopté un gatico, me suelo preguntar cómo me verá éste: Como su proveedor de alimento y techo? Me considerará su mamá? O por mi tamaño imponente (en relación con él) y mis poderes sobre la luz y la oscuridad de su mundo cuando va a dormir, seré su Diosa? No tengo la menor idea. 


...Nina

            En 2012, científicos de todos los ámbitos, entre ellos el famoso físico Stephen Hawking, afirmaban unánimes que los animales estaban dotados de conciencia.  ¿Tendrán razón? Estudiosos de la conducta de los felinos sugieren que los gatos responden a las señales sociales de los humanos y que a lo mejor les gustaría interactuar con la gente; también señalan que hay una gran variedad de respuestas en sus actitudes individuales. En mi experiencia, creo que los gatos son menos cooperativos que los perros.  No obstante, mi gato Nina,  hechiza mis ratos libres” con su alegría. Debo reconocer que se han presentado unos episodios desafortunados como orinarse por cualquier parte, en camas o en muebles, en mi ropa  (a pesar de tener 2 areneros), acciones que tuve que tratar de resolver con la ayuda de un veterinario, quien sugirió lo castrara. La cosa ha mejorado, sólo hace sus necesidades en el arenero, pero sigue  hiperactivo y juguetón. 

            Están pasando muchas cosas en el mundo y la mayoría de ellas muy desagradables; ver al gato hacer volteretas, cazar mosquitos, intentar escalar paredes para cazar una lagartija furtiva, me divierte mucho. El sólo verlo juguetear con cualquier cosa (un hilo, una bola hecha de papel periódico)  es un mecanismo para escapar del stress del día. Pensaría que los gatos caseros no necesitan a nadie para sobrevivir. Quizás tengan menos de 10000 años de estar con los humanos y tienen pocas diferencias con los silvestres. Pareciera que la motivación principal que tienen son simples respuestas a lo externo con sus instintos programados. Si se mueve algo, su curiosidad lo lleva a investigar cautelosamente. Cuando en la mañana llora y  ronronea, frente a la puerta de mi cuarto, (la cual siempre está cerrada)  para pedir su comida,  me imagino un diálogo en su cabeza peluda, algo como: “Hey, levántate, dame mi comida que tengo hambre ¡o también “ Ya está bueno de dormir¡¡”

            Si coincidimos en que los perros y gatos son muuuy conscientes  de sus necesidades y es por lo que muestran todos esos comportamientos, es difícil pensar que los cerdos, las vacas, los pollos, los tiburones, las ballenas, los manatíes, etc…. no lo sean.  Creo que desde ese punto de vista, estamos en problemas, porque en las instalaciones de producción de alimentos en todo el mundo, por lo general, los animales se tratan como máquinas sin sentimientos ni experiencias, son sólo material alimenticio y es una concepción muy arraigada en nuestra cultura consumista. Triste pero muy real… Este tema ya es materia de otro artículo… 

                                                               

                                                                                               

            Volviendo al tema gatuno, tal vez nunca pueda obtener una respuesta al porqué de sus rarezas en su vida cotidiana… porque éstos (los gatos) no revelan fácilmente sus secretos. Puedo decir desde mi experiencia que los perros son como nosotros: fieles, amorosos, inteligentes, juguetones, recocheros, no son misteriosos… los gatos son más cerebrales, son conscientes de todo lo que les rodea…y cada especie tiene su encanto y linaje; ojalá se profundicen los estudios sobre si los animales peludos y no peludos, son o no seres conscientes… creo que nos llevaremos muchas sorpresas porque yo, sin ser una científica o una veterinaria,  SI considero que sienten como nosotros; es chévere descifrarlos y quererlos, respetando su naturaleza. 

nerea6@yahoo.com  



           

martes, 7 de septiembre de 2021

En Desuso...

 

Por Elsie Betancourt

            El paso del tiempo y los avances de la vida moderna, han hecho que muchas costumbres hayan ido desapareciendo. Me permitiré recordar algunas, (son tantas¡) sin que ello quiera decir que las echamos de menos.

            Los lutos han ido desapareciendo. Hace ya muchos años, las mujeres dejaron de usar el estricto vestido negro que a veces correspondía a  “estar de consideración” o a forrarse de negro para mostrar el duelo por la muerte de un allegado o familiar. Hasta los hombres han dejado de vestir totalmente de negro y llevan una cintica negra o una señal de tela negra para indicar su luto, otros  todavía usan la corbata negra. Dicho sea de paso el “sin-corbatismo” y los mocasines sin medias,  muy de moda en la actualidad, se suelen llevar en matrimonios o reuniones especiales en las que hay que estar “chic” cosa que difiere con la moda de hace unos años. Hoy a diferencia de antes, mujeres de todas las edades usan tenis, con cualquier pinta. La comodidad remplaza los incómodos en ocasiones, tacones.

            El piropo prácticamente desapareció. Antes, su fin no era el enamoramiento, sino un gesto de cortesía respetuosa, una demostración para destacar los atributos de la persona. Podía referirse al cuerpo, los ojos, el cabello o la figura. Se dice que éste como tal, surgió justo cuando los honorables miembros de las cortes reales europeas no podían desbordar sus pasiones por considerarse ésta una conducta propia del vulgo. Como alternativa para la declaración de su amor, optaron por la seducción mediante palabras encantadoras y sensuales y fue así como éstos se convirtieron en expertos “en hacer la corte” dentro de las restricciones propias de su mundo y su cultura para enamorar y consumar su amor.

            Hoy por hoy,  el piropo ha llegado a ser un acto de agresión verbal y a veces vulgar, especialmente cuando son comentarios burdos acompañados de gestos que a veces resultan ofensivos. Pero también los hay inofensivos y graciosos; por ejemplo el “psss, psss, mamacita” o  “Uyy  mami, si así como caminas cocinas, si fuera yo, me como hasta el pegao” y que tal: ¡Chao suegra¡ (típico cuando la mamá acompaña a la hija) . El punto no está en el quién lo dice, sino en el que y el cómo. Unos hacen reír, otros por el contrario  molestan y nos hacen pensar si realmente la persona que lo dijo tiene algo en el cacumen. Actualmente, el tema del piropo desata controversias, ya que para algunas sociedades puede resultar ofensivo mientras que para otras es una práctica aceptada con restricciones. Este ya no es un evento cuyas consecuencias pasen con disimulo; para algunas mujeres puede ser “el mejor tratamiento de belleza” mientras que para otras un “acto indecente”.

            El piropeador ya ni siquiera espera respuesta, suelta el comentario como un acto de satisfacción personal y se acabó. La costumbre traviesa como parte del coqueteo callejero, hecho con humor y respeto ha pasado a ser un hecho fortuito que está mandado a recoger como medio de galantería y conquista. Este cambio no sólo demuestra el ambiente de violencia y el sometimiento de la mujer, sino la escasez y falta de vocabulario debido a la cada vez menos práctica lectora del que lo hace.  Cada día es más evidente que las características poéticas y pintorescas que en sus inicios tenían este tipo de expresiones han dado paso al uso de un lenguaje vulgar que denota la pérdida de valores, la falta de imaginación y vocabulario.

            Con el correr de los años y  la aparición de nuevos descubrimientos y tecnologías, la correspondencia se remplazó por otros medios de comunicación. Primero fue el teléfono con discado que dio paso al móvil; siguió Internet que nos permite contactarnos en tiempo real ya sea a través de correo electrónico, chat o videoconferencia. Las piezas de museo que aún quedan son los llamados “teléfonos públicos”. Los juguetes no eran tan sofisticados como los de ahora pero gracias a la imaginación todo era diversión ¡

            Los juegos infantiles están cada vez más escasos. ¿En dónde quedó:  jugar a la Peregrina, La Semana, La Yuca, La lleva (todavía hay quienes la juegan), Estatua, El que aguante más sin Reírse, El escondío, saltar la cuerda, jugar bola e uñita, los jacks o a las piedras,  OA, que era la bola que se tiraba en la pared y  uno iba diciendo el estribillo: Oa, Sin moverme, Sin reír, En silencio, con la mano, con la otra,  Delante para atrás (golpeaba uno las manos), De atrás para adelante y no podía dejar caer uno la bola, media vuelta, vuelta entera, siempre cogiendo la bola, destrezas motoras gruesas y finas que se pulían y de qué forma¡¡  qué tiempos aquellos…. Bienvenidos los recuerdos.

            Es chévere echar la vista atrás y recordar la infancia o juventud, sintiendo la sensación de emoción y nostalgia del tiempo pasado. Ese sentimiento de encanto ante el recuerdo del objeto ausente, en desuso o desaparecido para siempre en el tiempo, genera nostalgia.  La sensación triste y dulce de lo que ya no está, se nos presenta en ocasiones y cualquier cosa que nos los recuerde es encantadora. Seguiremos haciendo recuentos en un próximo artículo de lo que me parece está en desuso… recogo opiniones.

nerea6@yahoo.com

jueves, 12 de agosto de 2021

Bajo la LLuvia...


Por Elsie Betancourt

           Los cambios que estamos experimentando desde Marzo 2020 han sido contundentes en todos los aspectos de nuestra vida. Ese virus del que oímos en un remota ciudad de China, Wuhan, la vimos como una epidemia ajena, que no llegaría a nuestro terruño y que no tenía nada que ver con nosotros. Pero llegó como un mazazo para cambiar todo de la noche a la mañana y también nos salpicó y afectó al planeta entero. Es preocupante sentir el impacto de la gran ola (la pandemia) que nos ha golpeado y tener a la vuelta de la esquina el “tsunami del cambio climático, el calentamiento global, la violencia de género, la corrupción, la pérdida de valores… y más desafortunadas tendencias”  entre éstas la de un futuro regreso  (septiembre o quizás Octubre) del pico de una nueva variante del Covid. Preocupa.



            Los cambios que venían producto del auge de las comunicaciones se han desarrollado aún más con el nuevo estado de cosas. Definitivamente nuestra manera de pensar, de actuar, de consumir, de viajar o de vernos a nosotros mismos ha variado. Pienso que este virus es una cura de humildad que nos ha hecho ver lo vulnerable de nuestra forma de vida.  El miedo a lo desconocido, la incertidumbre de lo que pueda pasarnos “columpiándose” en nuestra mente constantemente y hasta el temor a la muerte nos ha impuesto la obligación de parar, bajando el ritmo, olvidando los planes, trabajar en casa y entretenernos con los nuestros.




              Los cambios siguen creciendo y han venido desarrollándose aun más desde todas nuestras realidades. Por ejemplo, muchos de nosotros hemos recurrido a tener mascotas para sentirnos más acompañados durante este difícil momento en la historia del “planeta pandemia”. Como pasamos más tiempo en casa, la adopción de mascotas, en especial de perros ha aumentado en todas partes.  Yo al menos desde el año pasado me topé con un gatico en un sitio donde juego tenis; éste no me perdía pie ni pisada, hasta me seguía cuando entraba a la cancha.  Con la pérdida  de mi última mascota Nicanor, me resistía a encariñarme otra vez con otro animal y menos con un gato, porque nunca había tenido uno. Sucumbí al propósito de no tener más mascotas y adopté al gatico;  quedó corroborado lo que diría mi mamá: “la promesa de un enguayabado al día siguiente, que promete nunca más probar un trago”.

            Siguiendo con el análisis de los cambios que se están dando, (no necesariamente por el covid),  vemos que cada vez más,  la población crece a un menor ritmo. Esto según los estudiosos es debido a que las mujeres tienen menos hijos. Esas familias en las que la prole era de 7 o más niños está revaluado; hoy,  máximo las parejas tienen 3. Con todo esto, la esperanza de vida en todo el mundo ha aumentado.  Para muchos de nosotros,  la mascarilla y el gel hidro-alcohólico ya forma parte de nuestra nueva realidad. Cuando salimos y se nos olvidan los anteriores, el yo interno empieza a picar para que resuelvas. Prácticamente hemos abandonado el dinero físico y las tarjetas son más usadas; estamos comprando menos ropa – para qué estrenar si estamos en la casa? - aunque ahora ya no tanto- creo que el sentido del ahorro se ha incrementado y todos estamos pensando en qué nos deparará el futuro, cómo marchará la economía, cómo será el nuevo estado de cosas, cederá la pandemia? Increíblemente muchos de nosotros (incluidos los niños) y hasta nuestros abuelos, hemos  crecido en materia tecnológica: compras por internet, chats virtuales, teletrabajo, viajes y visitas a ciudades exóticas y a museos,  etc. Quien lo iba a creer, como reza el dicho: “a la tierra donde fueres, haced como vieres”



           Un cambio que me da risa, es que a medida que vamos avanzando en años, pasamos a perder diría yo en “cierta forma” nuestra identidad…. Yo por lo menos ahora soy la mamá de Gonzalo o la mamá de Rodrigo José o la de Pipe;  mis nueras me suelen introducir como por ejemplo “ésta es mi suegra…” y así. Para “mejorar mi ser” espero seguir fortaleciendo todo lo que hago para reafirmarme en la independencia que todos debemos cuidar,  haya o no pandemia.

               Siguiendo con los cambios, creo que ahora se leen menos libros debido a tanto Netflix, HBO, Amazon Prime,  Disney+ y otras plataformas. Con esto quiero decir que la pandemia ha perjudicado en mayor parte la educación de millones de niños en todo el mundo. Las escuelas se esfuerzan por hacer frente a los repetidos cierres y reaperturas de actividades y por transitar siempre que sea posible, por la educación en línea. Sin embargo,  el daño colateral es el deterioro emocional por la falta de contacto humano y mayormente por el poco acceso a internet que hay en las zonas rurales y en los sectores más empobrecidos pues carecen de éste servicio.  Ha habido pérdida de aprendizaje y mayores tasas de abandono escolar, aumento de la violencia contra los niños, embarazos de adolescentes.  Esta pandemia se diferencia de las demás crisis por las que ha atravesado el planeta, en que ha afectado a los niños en todos los rincones del mundo al mismo tiempo. Y eso que la nueva tendencia de las familias con más recursos, es la de alejar lo más posible de lo virtual a los niños, regresando  a una educación con mayor interacción personal y menos dependencia de lo digital que emboba y reduce de alguna manera el desarrollo de éstos.



             Todos queremos que la vacuna para el planeta, resulte efectiva y que de una erradique y cure lo que satura el medio social como una densa neblina: el Covid y sus secuelas;  el estrés, que es nuestra respuesta a cualquier tensión física o emocional y la descomposición moral que día a día cobra mayor protagonismo. Pienso que  los valores que las generaciones anteriores instituyeron, algunos no todos,   han sido remplazados por la pasividad ante el crimen y la crueldad, el aumento de la delincuencia, la pérdida de la ética en profesionales y en la desprestigiada clase dirigente y lo que es más triste, la pornografía y la sexualidad  ahora de niños, que están desbordadas por su fácil comercialización.


 

            Creo que esta tormenta pasará y el mundo seguirá evolucionando. No me gusta escribir en modo “negativo”, pero  abruma el panorama que tenemos; estaremos en los tiempos del Apocalipsis? el problema no está en enunciar lo que nos aqueja, el problema es actuar como si “ese no es mi problema”…  de las decisiones que tomemos hoy todos, se conformará nuestro mundo en los próximos años. No queda más que pensar en que puedo hacer yo para renovar y manejar el aguacero de cambios que llueven  (y eso que no estamos en Mayo, mes de las lluvias)… porque nada que escampa.

nerea6@yahoo.com