domingo, 14 de noviembre de 2021

A La Conquista del Olvido...


Por Elsie Betancourt

                        La relación entre memoria y olvido es incuestionable. No se puede hablar de la memoria sin hablar del olvido. De hecho creo que olvidar no es malo, porque que tal que pudiéramos recordar cada minuto y cada detalle de nuestra existencia y de lo que hacemos a diario?…sería insoportable y cansón¡¡ Lo que puede preocupar es olvidar cosas que pueden ser importantes y útiles para nuestra vida. A medida que envejecemos, según los neurólogos, el funcionamiento de nuestro cerebro va variando y no tiene la misma capacidad que cuando jóvenes.  Para nuestra tranquilidad, los médicos dicen que no hay nada extraño en olvidar de manera ocasional fechas, actividades, nombres, si somos conscientes de ello y no va en contravía de nuestras actividades rutinarias.

            Un ejemplo que ilustra cómo el olvido entierra grandes hitos en la vida,  es el que puedo extraer de un interesante curso al que asisto, sobre los Grandes Imperios  Europeos del siglo XVI.  Me ha llevado a reflexionar sobre el hecho de que pasaron muchos siglos y mucha sangre para que algunos – no todos – comiencen a ver la conquista de América como el primer paso en la destrucción cultural y económica de todo un continente. La imagen de Cristóbal Colon desembarcando en la nueva tierra descubierta, transmitió durante muchos años la sensación de alivio y esperanza, que de no haber sido así no seriamos la civilizada América que somos hoy, sino salvajes sin alma y sin Dios, ajenos por completo al progreso. Hoy se cuestionan esas “proezas” de los conquistadores y se asocian a los grandes genocidios que ha habido en la humanidad. Será mejor seguir olvidando y no desenterrar esos hechos? De pronto serviría para no replicar hoy, lo que no tiene razón de ser.

            Con frecuencia hay que desempolvar el cúmulo de hechos, vivencias o experiencias vividas, que reposan en nuestra memoria musical, sensorial, personal, muscular, etc. para que no queden perdidos en lontananza. Hace unos días recibí un simpático video en el que desfilaban representantes de 2 generaciones: la de ayer y la de hoy… comparaban por ejemplo canciones cantadas por 2 “gomelos”, en donde con la gorra al revés, sin camisa y con una grabadora gigante al hombro, entonaban canciones de Maluma, Bad Bunny, J. Balvin, Ozuna, etc.… (unas lindas y la mayoría irreverentes y que agreden a la mujer);  mientras,  en contravía se oían las canciones tradicionales de las verbenas de barrios, siendo un par de señores con un tocadiscos de los antiguos en hombros los que pasaban y entonaban: canciones de la vieja guardia, salsa y boleros que son una apología al disfrute  de la música que sensibiliza  corazones y no los instintos … ¿ será que sucumbirán esos registros musicales que cuando pequeños escuchábamos, ante los avasallantes rapeadores de ahora? En nosotros está  recuperarlos. A lo mejor sonará como a “Música Vintage”  para las nuevas generaciones pero vale la pena para los de la Generación X, Millenials, etc.

            Casi siempre cuando recordamos: añoramos y sonreímos. En algunas ocasiones funciona para tener presentes nuestros errores y no volverlos a repetir. Hay que tomarlos de una manera enriquecedora. Los recuerdos de la vida nos ayudan a valorar lo que hacíamos antes por ejemplo de la pandemia: salir a pasear, ir a un café con amigos, ir al cine.

            No sé si aplique el dicho “todo tiempo pasado fue mejor…” puede que hoy esté mandado a recoger; de pronto yo diría que el gozo de tener familia y amigos ayuda a revivir  los momentos de grata recordación, reto para todos los que nos proponemos conquistar el olvido.  Esto me lleva a recordar un bello poema que encontré de autor desconocido en donde el afirmaba que “El paso del tiempo no es olvido, ni el silencio su razón, no se olvida con la mente se olvida con el corazón….”

nerea6@yahoo.com

           


lunes, 1 de noviembre de 2021

Soñar no Cuesta Nada


Por Elsie Betancourt

            El cielo por la noche, puede ser un lugar maravilloso cuando está lleno de estrellas; hay algunas luces que brillan más que otras. De niña, recuerdo que me encantaba contar cuales eran las que más brillaban y eran las más grandes, especialmente en Navidad y junto con mis hermanas, nos poníamos a ver cuáles guiarían los 3 reyes magos.

            No es el brillo en lo que se diferencian las estrellas; según los astrónomos, a medida que avanza la noche y el fondo del cielo se oscurece, suelen verse  estrellas rojas, blancas, azuladas…

            Hoy, en nuestro cielo tenemos luminarias de varios tipos y colores. El fondo de éste suele nublarse con las faenas que se presentan actualmente. Están  las estrellas que siguen estando firmes en el firmamento y las llamo “etéreas”, siempre brillantes e iluminándonos y  las de “carne y hueso” que  están presentes en nuestra cotidianidad. En esta última denominación, hay de todo como en botica. Las estrellas de la arena política que se distinguen por el halo de corrupción, mentiras y cinismo que exhalan,  que traen pobreza y desigualdad social a la mayor parte de los colombianos. Según el Dane: “sólo el 30% de los hogares de la región Caribe se alimenta 3 veces al día.” Una maquinaria que está bien enraizada en “casi” todos los niveles.  Sé que es un lugar común hablar mal de los políticos y de la política en general. No voy a detallar esos penosos hechos, en donde ni los niños se escapan a la acción de éstas (estrellas).  No son todos los que están en el frente político, pero habría que contar con los dedos de la mano los que pueden tirar la primera piedra y quedar excluido de esa marea.


            Prefiero hablar más del otro tipo de estrellas colombianas, aquellas que con trabajo, dedicación, disciplina y respeto muchas veces trabajando en precarias condiciones, dan ejemplo y posicionan al país.  Ejemplos los tenemos a montones; en el planeta  musical, quien no conoce a Shakira, Juanes, Carlos Vives, Cepeda, Niche y sigue la lista…?  Los referentes de otras disciplinas, ya sea en el futbol: El Pibe Valderrama, Luis Díaz, James,  David Ospina; en boxeo Pambelé, Happy Lora, Rivas el más reciente campeón de boxeo.…. Cabal y Farah, en tenis…;  se me escapan muchos nombres y todos están donde están con  esfuerzo puro, talento y trabajo… y gracias también a la empresa privada que se ha metido la mano al dril, para  ayudarlos a seguir adelante. Qué ejemplo ¡


            ¿Me suelo preguntar cómo harían estos deportistas y artistas política? Se contaminarían? Qué tal si esa parranda de políticos se le midieran a trabajar pero para los demás, no para ellos? Viviríamos en un paraíso… éstos (los políticos) aprenderían que en la vida no todo es fácil, que el respeto y  el trabajo conducen siempre a lograr metas…. Y que  nuestra identidad está ligada a nuestra cotidianidad y allí es donde están nuestros valores. Cuando oímos el himno nacional en otros espacios fuera del país, se siente orgullo del bueno…  nuestra identidad la forman nuestros héroes especialmente en el área de la música, la literatura y el deporte entre otros porque, en otros espacios, “entre el diablo y escoja”.

            Todos sabemos que no se debe matar, robar ni mentir. También que las cosas son de sus dueños  y que todos debemos ser tratados como iguales y libres pero… eso no pasa aquí. A diario lo que vemos es violencia de género, secuestros, masacres, narcotráfico y corrupción y lo que es peor la indiferencia  cubriendo nuestro cielo. No quiero darle un tinte dramático al artículo.  Todavía estamos esperando “Ganar el pan con el sudor de nuestras frentes  y  esperar a que San Pedro nos lo bendiga”.

            Siempre he creído que quizás, un poeta, un pintor, un músico, un actor, un novelista, un deportista, sea hombre o mujer, alguien con sensibilidad, alguien acostumbrado a mirar la realidad y emocionarse, a escuchar, alguien que vence la realidad no para matarla sino para cambiarla, debería hacer parte de cualquier “equipo político”. Falta sensibilizar los mandatos (si es que los dejan) y propiciar ojalá, una nueva generación de colombianos que cambien este estado de cosas y brillen en el firmamento como nuevas estrellas.  Soñar no cuesta nada.

nerea6@yahoo.com