(Escuchar audio)...
Por Elsie
Betancourt
A diario vemos que los niños de
ahora, sólo están enchufados al celular, al IPad, computador, etc. y hasta los
juegos en línea con amigos aquí y en cualquier otra parte, es una costumbre. Es contrastante la
evocación de la niñez (por lo menos para los de mi generación), llena de juegos
tradicionales que heredábamos de nuestros mayores, en donde el empleo del
propio cuerpo o de los recursos de la Naturaleza era la costumbre; el tiempo
pasaba sin que nos diéramos cuenta y no nos aburríamos y éramos libres como el
viento. Ahora, las condiciones son diferentes y la seguridad de niños y adultos
es un tema que hay que considerar.
Los juegos nos han entretenido por décadas y
si bien es cierto que han perdido terreno, sus valores siguen intactos. Desde
un enfoque cognitivo, Piaget afirma que el juego es la actividad más agradable que todo ser
humano experimenta desde la etapa inicial, creando un cúmulo de experiencias
para formar aprendizajes significativos, adquirir conocimientos, habilidades,
destrezas, hábitos y normas con la finalidad de ayudar a las niñas y los niños
a alcanzar metas propias de la edad en la que se encuentran. Intentaré desempolvar el recuerdo de lo que
nos deleitaba cuando éramos niños. Curiosamente no había diferencia de actores
cuando jugábamos, jugaban niños y niñas, todo tipo de juego. Jugábamos cuando
salíamos del colegio, sábados y domingos. Era una patota grande la que se
reunía. Entre los juegos que más jugábamos estaban:
La Peregrina, que
se jugaba cogiendo una piedra lisa y grande y con puntería irla circulando en
cada cuadro; había que saltar cada cuadro excepto el que tenía la piedra y de
regreso inclinarse a cogerla con 1 pie apoyado en el cuadro anterior. Cabe
anotar que el reto era tener la visión y la precisión para lanzar y tener el
equilibrio con la pierna que brincaba cada cuadro … así desarrollábamos la
motricidad gruesa y fina mientras nos divertíamos. En el juego de La Semana,
jugábamos a mover con el pie una piedra lisa y grande por todos los cuadros de
los días de la semana, sin que se saliera del mismo; mucho equilibrio se
necesitaba.
De los juegos que más jugábamos
estaban La Lleva, El Escondío, La bolita de uñita, El trompo, La Estatua,
Saltar la cuerda, los jacks o las piedras, montar bicicleta, explorar los
alrededores, hacer arroces, (que la mayoría de las veces salían ahumados y
duros) prendiendo con pedazos de madera el fogoncito improvisado… y nos
sentíamos seguros y felices.
Cuando se jugaba a las piedras o a
los jacks, la conexión ojo mano era fundamental. También recuerdo jugar a la OA
una bola que tirábamos a la pared y en la que se hacían unas afirmaciones: OA,
sin moverme, sin reírme, a la mano, al pie, remolino, torbellino, media vuelta,
vuelta entera…. desarrollábamos así la coordinación, siempre agarrando la bola
y ejecutando la acción que nombrábamos. Jugar al trompo era un deleite, para
hacerlo bailar en la mano...
No quiero cansarlos con tantas
evocaciones, pero para mí fueron herramientas poderosas de formación y de
diversión. No obstante, creo que muchos padres hoy aprovechan al máximo las
opciones de aprendizaje que la tecnología ofrece y en paralelo dedican especial
atención a los juegos de siempre porque indiscutiblemente son una gran
herramienta educativa.
Lo que pone en serio peligro
los juegos tradicionales, es la falta de tiempo libre de los niños, porque
éstos suelen tener muchas actividades y en la mayoría de los casos ambos padres
trabajan. Estos son nuevos tiempos, ni mejores ni peores que los de hace
décadas, son distintos. En general los juegos mencionados, se desarrollaban en espacios abiertos y
preferiblemente en grupo.
¡Proponer y enseñar a los hijos los juegos tradicionales será siempre un acierto! Con el juego se descarga energía física, se aumenta la flexibilidad y agilidad, se desarrollan y fortalecen músculos y extremidades. El juego no tiene metas, es espontaneo y voluntario, por eso creo que hay que defender el que no se extingan éstos y muchos otros que son nuevos y que alegran la infancia y nos hacen crecer como adultos sanos!
nerea@yahoo.com