Por Elsie
Betancourt
Recientemente leí un artículo
de un reconocido psicólogo americano que decía que la exposición excesiva a
pantallas digitales está afectando la capacidad de las personas para
interactuar y analizar conceptos complejos, más, si son niños. Este exceso de exposición a pantallas, que
incluyen televisores, ordenadores, juegos digitales, teléfonos inteligentes,
tabletas, parece tener un efecto negativo en nuestra habilidad para realizar
análisis profundos.
En las aulas escolares, vemos
que el uso del celular puede provocar desconcentración y desinterés en las clases,
por lo cual se ha prohibido su uso, algo que considero acertado. Además, el uso
inapropiado de dispositivos digitales puede tener consecuencias graves como
accidentes automovilísticos, producidos por enviar mensajes mientras se
conduce… debemos evitar convertirnos en “zombis digitales”.
Es importante reflexionar
sobre el uso indiscriminado de la tecnología en el diario vivir; ésta tiene en su aplicación aspectos
positivos y prácticos, pero también están los no tan buenos. No todo lo que
encontramos en Internet se debe tomar al pie de la letra, como el caso de Steve
Jobs el fundador de Apple, quien, afectado de un cáncer en el páncreas,
desestimó la medicina tradicional para combatirlo y se dedicó a seguir una
extravagante combinación de acupuntura, dietas vegetarianas, hierbas
medicinales y otros tratamientos alternativos que encontró en la Web. Su
curación no fue exitosa.
Hablando del impacto positivo
o negativo de lo digital, recuerdo un vídeo en el que hacían un experimento con
4 personas: 2 adolescentes con los dedos
más veloces, para mandar mensajes, (entre ellos el pulgar y por eso son
conocidos como la generación del pulgar) y 2 adultos, uno especialista en
braille (forma en que se comunican los que no ven) y el otro en morse (sistema
para mandar mensajes usando pitidos). El
presente contra el pasado. La prueba consistía en ver quien mandaba más rápido
y sin errores ortográficos, un mensaje X, al grupo previamente definido. ¿Quién
ganó? Miren el video a continuación.
Me surge la pregunta ¿todo
tiempo pasado fue mejor? No se…quizás.
Durante la pandemia, la
educación digital se convirtió en una herramienta importante que permitió a
miles de millones de personas mantenerse conectadas con la nueva normalidad. No
sólo se benefició la educación, sino lo laboral y lo social. Creo que el
gustico hacia lo digital nació y creció ahí y se robusteció con el pasar del
tiempo. Google, por ejemplo, nos da acceso con un solo clic al mayor contenedor
de información y conocimiento de todos los tiempos.
Sin embargo, existe el riesgo de
perder la capacidad para pensar por nosotros mismos y elaborar nuestras propias
ideas debido a la excesiva dependencia a la tecnología. De forma gradual, ésta
ha ido rellenando todos los espacios inherentes al ser humano y el enganche es
total por la versatilidad de las aplicaciones que ofrece. No discuto su
practicidad, pero ya hasta las aficiones se han sustituido por ésta. El tiempo
que nos llevaba leer un artículo, un libro, jardinear, ver una película, conversar,
etc.…. lo empleamos en “surfear” por las aplicaciones, webs que no nos aportan
mucho valor.
Ahora, se ha incorporado al
panorama digital, la Inteligencia Artificial…que en cierta forma puede ser la
sofisticación de lo digital. Aunque es
capaz de superar a los humanos en tareas como la clasificación de imágenes,
predicción de patrones, responder preguntas de cualquier tipo, analizar
situaciones, resumir textos y siguen las funciones … no creo que pueda replicar
nuestras habilidades sociales, emocionales o creativas. Recordemos que la
tecnología está destinada a ser una herramienta para el progreso humano, no
para remplazar nuestra capacidad de pensamiento.
Sería beneficioso restablecer
el calor humano que brindan las conversaciones en el seno de la familia o fuera
de él con amigos, sin los aparatitos, sin tanta tecnología, para respirar por
un momento libre de distractores “artificiales”. Para lograrlo es fundamental promover la
educación digital para así comprender sus implicaciones y limites; aprender a
ser selectivos sobre la información en línea evitando así el analfabetismo
digital.
La tecnología es, ha sido y
será el motor del progreso de la humanidad. En una sociedad gobernada cada vez
más por algoritmos es bueno analizar el impacto que ésta tiene en nuestras
vidas y aceptar que es el nuevo camino por el que hay que transitar. Por
consiguiente, debiéramos desarrollar más herramientas intelectuales para
saberla manejar y que ésta no nos maneje.
nerea6@yahoo.com