viernes, 24 de noviembre de 2023

Mas Allá de las Arrugas...

                                                                   


    

Elsie Betancourt

            Parece que al vivir inmersos en una cultura que glorifica la perfección física, podemos terminar cautivados por lo juvenil y hasta podemos vivir en función de todo lo que nos haga sentir y lucir más jóvenes. Lo malo es que, en el esfuerzo por ser eternamente bellos, podemos ser eternamente inmaduros y puede que de alguna forma huyamos de las realidades y responsabilidades de la vida adulta.

En Wikipedia figura que, en el Neolítico, hace 8000 años, la esperanza de vida era de 15 años. En la Roma y Grecia clásica, ya era de 28 años. Hace 200 años estaba entre 30 y 40 años. A comienzos del siglo pasado estaba entre 50-65 años y actualmente el promedio es de 79 años. Se cree que en el año que viene habrá personas de 120 años de edad y en el 2050 habrá personas con 150 años. Anna Freixas, escritora española, afirma, que la “Pobreza de la Vejez se fragua en la Juventud “…        estoy muy de acuerdo con su pensamiento, por lo tanto, a sembrar salud para recogerla más adelante.

            Una creencia muy arraigada en nuestra sociedad, contempla que, por haber llegado a una determinada edad, (De 60 para adelante), hombres y mujeres tienen que cambiar sus hábitos de conducta, inhabilitándose para realizar cosas que poco antes estaban perfectamente dotados para hacerlas. Las arrugas y las canas, son el símbolo de que hemos vivido, con una trayectoria llena de momentos buenos, malos y regulares.



            En la “vejez”, es cuando más saberes, experiencia y capacidad para enfocar un tema se tiene; No es cuando se es Joven, porque faltan recorrido y sabiduría para interpretarlos. Es una de las diversas cegueras de nuestra sociedad. Por ejemplo, en el ámbito de trabajo, actualmente, las personas mayores no son las preferidas para ocupar cargos importantes en muchas empresas, sino las que son “jóvenes” …   las que tienen entre 35 – 40 años.


            Cuando cumplimos años, acumulamos 365 días más de experiencias; tenemos claro lo que a uno le gusta y lo que no; podemos rodearnos de la gente que uno quiere; se valora más la familia, el trabajo, el hobby; teóricamente debe haber más serenidad y riqueza interior; Sabemos mucho más que ayer pero menos que mañana.


            En consecuencia, una vida sencilla, pienso, es el camino más corto para vivirla sin complicaciones y sin dejarse arrastrar o manipular de lo que es “cool” o está “de moda”, sin la obsesión de acaparar, poseer, amontonar … de paso, no imitamos lo que hacen muchos en la actualidad.



            Al final, debe prevalecer lo que cada uno ha querido ser en la vida; por lo pronto yo soy alegre, optimista, “Solucionóloga”, (término que inventé para indicar que me encanta ayudar a solucionar de acuerdo con lo que pueda, problemas de amigos y familia); soy la arquitecta de mi propio destino. Recuerdo que mi mamá me decía que la prudencia debía ser una cualidad que debía adornar a cualquier persona…  trato de seguir sus consejos cuando hablo y escribo, aunque a veces se me deslizan una que otra imprudencia. Todos los días le doy gracias a Dios por todas y las muchas bendiciones que recibimos. ¿Amigo lector/a, Tú cómo eres?

            Siempre estoy pendiente de dejar muy cerquita el quiero cerca del puedo… leí en un libro de citas de Henry Estienne, impresor francés, una con sabor a proverbio, un mensaje, que se me quedó grabado: “… si la Juventud supiera, si la Vejez pudiera…”


            En última instancia, la vida es un viaje que abarca desde la juventud hasta la vejez y cada etapa tiene su propia belleza y sabiduría. Al sembrar salud y cultivar experiencias significativas, podemos tejer un tapiz de vida, rico y pleno. Me resta decir que La Libertad es algo que todos los que estamos o pasamos esa línea delgada entre juventud y vejez, hay que cuidar como un bien muy preciado para transitar por la vida, sin ser dependientes de y no ser estorbo para nadie.

            ¿Querido lector, cómo eliges vivir tu vida entre la delgada linea de la juventud y la vejez?

nerea6@yahoo.com

           

 

domingo, 5 de noviembre de 2023

Cultura Popular: ¿Espejismo o Realidad?

Por Elsie Betancourt

La cultura popular también llamada cultura de masas, se considera como un conjunto de prácticas o creencias que dominan en un grupo social. Es una fuerza poderosa que influye en la forma en que percibimos la realidad. Nos enseña qué valores y creencias son importantes, cómo interpretamos la información que recibimos y cómo nos comportamos en situaciones específicas. Esto, quiere decir que nuestra percepción de la realidad está influenciada por la cultura a la que pertenecemos.

Esa cultura tiene muchas manifestaciones: en Música: el tango, el jazz, el blues, el reggae, etc... en el Baile: el hip-hop, la champeta, la bachata, etc. en Deporte: el futbol capaz de paralizar un pais entero, el baloncesto, el tenis, fultbol americano, ciclismo, etc... en Literatura: los géneros fantasticos, la novela negra, la de terror, etc... en los nuevos medio de expresion: La Animacion, el cine, los videojuegos, las series de TV. Actualmente se potencia mucho el Internet; los memes describen una situacion, expresion o sentimiento en forma directa, sin importar quien sea la víctima. Ya los artistas no venden las canciones por CDs o discos sino por videos de visita en Youtube o por Spotify. Cómo han cambiado las cosas¡ Podemos seguir enumerando categorías...

En nuestro país esa cultura varía desde la costa caribe, pasando por el interior y llegando al sur de Colombia. Es frecuente oír decir que muchos de nuestros abuelos y demás antepasados, sabían más que nosotros sobre lo que realmente se debía saber; aunque apenas pudieran garabatear su nombre, habían llegado a tener una cabal visión del mundo, del hombre y de las cosas; conocían a la perfección la “tecnología de entonces” no siempre tan básica como suele pensarse, que habría de permitirles la sobrevivencia dentro de su medio.

Ahí aplicaría el refrán “Mas sabe el diablo por viejo, que por diablo”. Entraban en juego, los refranes que ayudaban a pensar y a actuar; muchos memorizaban canciones y cuentos, que eran un magnífico recuento de nuestra mejor literatura. Figura que, en el norte de la costa, correspondía a los juglares y trovadores. Estos eran los encargados de llevar todas las tradiciones y transmitir la belleza de la naturaleza y de los sentimientos más sencillos y genuinos que el ser humano puede tener, por medio de la música. Por ejemplo, entre muchas muestras culturales, ¿Quién no ha oído El Verano, de Leandro Diaz? un ciego describiendo la naturaleza… El Arco iris de Rafael Escalona? “Mírame fijamente” de Alejandro Duran? ¿El Rico Cují de Enrique Diaz?   … quien describe jocosamente la idiosincrasia de un hombre del común.

Recordando un poco, adjunto estas bellas canciones:  

El Verano,  canta Silvestre Dangond



     El Arcoíris, canta Marta Gómez


 

        El Rico Cují, Enrique Díaz 


            Pienso que, detrás del término de cultura popular, hay muchos conceptos que se camuflan con éste. Termina sonando a cosa rara y que necesita de largos y difíciles estudios. Hoy por hoy, Analfabeto e Inculto, han venido a significar lo mismo. Parece que la cultura de las letras, fuera la única posible y que los iletrados no tienen cultura, es decir, no tienen un conocimiento cultivado. Dejaré ese análisis a los especialistas.

            Aterrizando un poco el tema que nos ocupa, "nuestra"cultura popular, engloba una gran riqueza, producto de la mezcla de la cultura indígena, española y africana. Rocía a “nuestro modo”:  la música, el baile, el deporte, la escultura, la pintura, el cine, la literatura, etc. Es así como han surgido tantos íconos con sangre latina y caribe como Shakira, Carol G, Carlos Vives, Gabriel García Márquez, Kid Pambelé, Happy Lora, Luis Diaz, Fernando Botero, la lista es larguísima, que brillan en el ámbito mundial …. Todos llevando su idiosincrasia y cultura, (muchos la Caribe) que les ha permitido dejar huella en el planeta …

 



           Los valores profundos de una sociedad, cumplen conservando y transmitiendo las actividades de acuerdo con las características de sus practicantes; propician y facilitan las relaciones sociales entre miembros de una misma generación y entre los de diferentes generaciones y ayudan a conservar las tradiciones de transmisión oral y el patrimonio lúdico.

            Por ejemplo, vale la pena mencionar los juegos tradicionales, dentro de una sociedad; son tan importantes porque se supone que, para participar en cualquiera de ellos, hay que respetar unas reglas que nadie se puede saltar. Y si eso ocurre, el propio grupo de niños, generalmente, es el que toma cartas en el asunto, para corregir. Por consiguiente, estos juegos que parecen “bobos”, son una escuela natural de socialización, integración, convivencia, respeto y de aceptación de normas que se asumen de forma natural sin necesidad de que intervenga ninguna autoridad u adulto. A los niños no se les enseña el juego, ellos observan, imitan y cuando ya lo han asimilado, entonces participan. Que tremenda enseñanza: respeto y aceptación¡         

 Los juegos tradicionales, no son invento de nadie, ni un programa de un autor; son una expresión genuina y espontanea de la cultura y la creatividad de un pueblo. ¿Quién puede olvidar, la peregrina, la semana, el trompo, la yuca, el escondío, la estatua, las piedras, el trompo, el yoyo, saltar cuerda y la lista sigue…? Y lo que desarrollaron en la muchachada que los practicaban.


              En la época actual en la que las clases se dividen por año de nacimiento, la reducción del tamaño de las familias y la vida puertas adentro, hace que muchos niños sólo se relacionen con niños de su edad, ni más mayores ni más pequeños. ¡Lo que se pierden éstos, por esa falta de interacción, creo yo!

Me encantaría conocer de juegos de mis lectores, que ya están en el ayer y que han sido remplazados por los video juegos, que no niego tienen su valor, así como lo tienen las redes sociales que facilitan la creación o los intercambios de ideas tales como Instagram, YouTube, Snapchat, X (antes Twitter) … pero de otra forma, en contenido no sé si son mejores, iguales o peores… ¿Que opinan ustedes?

            Para terminar todo este recuento, me quiero referir al espejismo u ilusión óptica, que se genera debido a la reflexión total de la luz. En nuestro caso, no dejemos que esa luz del acervo cultural con el que hemos nacido se desdibuje y parezca una ilusión óptica. Algunas culturas antiguas creían que los espejos reflejaban el alma, pudiendo mostrar la verdadera naturaleza de la persona, lo mismo se dice de la mirada, que constituye los ojos del alma. Por suerte, el mundo está lleno de miradas que buscan alimentarse de otras, llenas de chispa y de ilusión. No debemos dejar atrás la cultura y su significado profundo, inherente en la cotidiana y espontanea evidencia que nos rodea. Que la Cultura Popular siga siendo una realidad muy particular y no un espejismo, para preservar así, nuestra idiosincrasia. 

         Mírame fijamente, canta Vetto Galvez

Disculpen lo largo del artículo y gracias por leerlo …

nerea6@yahoo.com