La muerte reciente de mi querida
mascota Nicanor, (dentro del marco de
una gran tristeza) me ha llevado a reflexionar el porqué la presencia de los
animales en la vida, nos marca tanto. El amor que brindan a sus dueños es
incondicional y no tiene precio. Podemos
tener desde un loro parlanchín, un gato, perros, pescaditos y otros más
exóticos, como culebras, conejos, cacatúas…
Son innumerables los tipos de interacciones que podemos tener con éstos.
A fuerza de convivir y pasar momentos muy alegres y otros no tan alegres, como
cuando se enferman, desarrollamos un lazo grande y afectuoso con ellos.
La palabra mascota se deriva del
francés : “mascotte”, cuyo significado es amuleto; según el diccionario de la lengua española se
refiere a persona, animal o cosa que sirve de talismán, que trae buena suerte,
como por ejemplo la “mascota de un equipo”. Pero el uso le ha dado el significado
de animal de compañía.
En un mundo caracterizado por
la tecnología, es fácil olvidar lo que un animal que conviva con el hombre
puede brindar: amor ilimitado, tacto, la energía derivada de un acto de amor sin egoísmo; la seguridad de una compañía, todo lo cual mejora la calidad de vida y la
salud. Si sólo nos diéramos tiempo para emularlos cuando se habla de un cariño
genuino, otro gallo cantaría en las relaciones interpersonales.
Y es que las mascotas, ganan
cada vez mas espacio dentro de las familias y el hogar. Sobre todo en esas
formas de familia actuales: las unipersonales, las mono parentales, las
extensas, las ampliadas. Es tener con quien jugar y divertirse, es enojarte con
alguien que al final de cuentas te perdona o te hace perdonarlo con una mirada
o un lengüetazo y no con un grito como lo hacemos los humanos. A veces pasamos
por alto los desastres que causan, especialmente cuando cachorros. Los pelos
que sueltan, los papeles que se comen, los balones que los perturban y que
destruyen, etc. Esos eventos muchas veces fastidian, pero creo que eso no se compara con la
satisfacción de llegar a la casa y que te reciban como si llevaras un millón de
años por fuera.
La tenencia de mascotas también
tiene sus desventajas, así que como en toda decisión, deben equilibrarse los
pros y los contras si se llega a admitir un animal en el hogar. Es necesario
todo el afecto posible y la responsabilidad en su cuidado, para obtener de él
todo lo que puede brindar. El día a día nos enseña a conocerlos; luego cuando ya pasan a ser adultos, es más serena la relación y parece que
entendieran mejor el rol que tienen: ser eternos compañeros, fieles y callados
apoyando en cada momento.
Pareciera que por ser animales se
ubican en un plano donde no les cabría la sensibilidad, el buen humor, la
tristeza. Pero si la tienen ¡… Cuando quedan solos y al llegar el dueño, una
meneada de cola muestra la alegría que sienten. Derriba cualquier mal
genio. Un lengüetazo de agradecimiento o
una mirada de ternura hacen que cada vez se ganen más su puesto en la familia.
Cuando el humano se enferma, la
reacción de la mascota es como el mejor enfermero. No se separa ni un instante,
te lame para hacerte sentir mejor y se tumba al lado tan cerca que casi lo
empuja a uno. No se separará ni un instante. Qué decir de los perros que han
sido abandonados? El amor que demuestran es total para el que los rescata; es como
agradecer infinitamente el acto de compasión que han tenido al recogerlos y
brindarles un hogar. Los perros rescatistas dan siempre lecciones de ayudar sin
pedir nada a cambio… demuestran la inteligencia y sagacidad que tienen.
Lo más poderoso de tener mascotas
es que éstas especialmente los perros, (que son las que he tenido) no juzgan a
sus dueños, sino que los aceptan y quieren tal cual son. A lo mejor eso es lo
que a cualquier ser humano le encanta. Ese vínculo permite tener “alguien” con
quien desahogar emociones, “alguien” de quien preocuparnos y “alguien” que nos
acompaña y nos aprecia sin poner condiciones. Y esto aplica para niños y
adultos.
No sé si el dicho que reza:
Mientras más conozco a la gente más amo a mi perro, sea válido, yo creo que sí.
Lo que puedo asegurar es que la larga tenencia de perros que he tenido en mi
vida, me ha ayudado a ser feliz y han alegrado demasiado a mi familia. Los
perros nunca mueren, duermen junto a nuestro corazón…
nerea6@yahoo.com