lunes, 8 de marzo de 2021

¿Elogio a lo Desechable?

Por Elsie Betancourt

Estimados amigos/as, con placer los saludo hoy, deseando que todos se encuentren bien. Agradezco el tiempo y el espacio en sus agendas para leer mi blog Ideas Peregrinas… 


    

            La otra vez caminando por el malecón del rio vi a una pareja de ancianos, agarrados de la mano con sus respectivos tapabocas. Pensé al verlos, que la ternura y el afecto que transmitían debió ser producto de los muchos años juntos y el compromiso y la perseverancia que debió marcar su relación. Esa escena, me lleva a pensar en el contraste que hay con algunas de las actitudes de nuestra “actualidad”.

            En muchas sociedades del mundo, parece que todo es desechable. Apenas algo empieza a dañarse o gastarse, (con cero mantenimiento) se regala o se bota; cuando nos cansamos de algo,  lo desechamos o actualizamos con algo más nuevo o más brillante. Lo hacemos con los teléfonos celulares, la ropa, los autos y lamentablemente hasta con las relaciones. Aunque puede ser bueno deshacernos de las cosas materiales que ya no necesitamos; cuando se trata de algo de gran importancia – el matrimonio, la familia, los valores – la mentalidad de remplazar lo original en pos de lo moderno, puede traer un profundo remordimiento o de pronto no, todo depende.

            Indudablemente que los beneficios que recibimos de algunos productos desechables son evidentes; son cómodos, prácticos, rápidos es decir le simplifican la vida a cualquiera en cualquier momento. También es cierto que este consumo es debido a la moda o en ocasiones a las necesidades inmediatas (mas no las básicas)… será que necesitamos cambiar de celular con tanta regularidad? Podríamos habituarnos al empleo de envases reutilizables la mayor parte del tiempo?  Ojalá el chip nos cambie.

            El ámbito al que se expande el modernismo en donde lo light reina  incluye las comidas sin calorías, sin grasas, cervezas sin alcohol, azúcar sin glucosa, tabaco sin nicotina, coca cola sin azúcar, mantequilla sin grasa y de repente personas sin sustancia, sin contenido, entregadas al dinero, al poder (al precio que sea), al éxito y al gozo ilimitado sin restricciones. Es posible que esas personas “light” tengan un gran vacío moral y no sean felices a pesar de tenerlo “todo”…

            Creo que el bombardeo mediático al que somos invitados a diario, lo podríamos evitar si nos mantenemos firmes en los principios en los que hemos sido educados años atrás para así atrevernos a desafiar esa cultura light que nos es presentada de manera tan atractiva. Me llama la atención el concepto que pulula en el mercado laboral y en muchos escenarios y es el de desalojar a las personas maduras,  (los de 60 para arriba y si son mujeres, más rápido que ya) reconocidas por su experiencia y sabiduría, quienes muchas veces ostentan puestos jerárquicos en cualquier empresa y son candidatos/as “algunas veces” a ser remplazados por personas “más jóvenes” dizque porque los primeros están obsoletos y viejos… aquí cabria recordar que “más sabe el diablo por viejo que por diablo”.

            Que la población envejezca significa que se viven más años, en el mejor de los casos, hay más experiencia y es lo que estamos viendo hoy. La reducción de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida de las personas (que está ascendiendo), impactan directamente la composición de las edades de la población mundial… con este panorama, la población de los adultos mayores sube como la espuma.

            De todo este estado de cosas, afortunadamente está aflorando un sentimiento a aferrarnos a lo real, a algo que nos diga que todo está bien, que no vamos a echar a perder nuestra auto-estima, nuestra familia. Existe en muchos una gran esperanza, de regresar a la espiritualidad, una búsqueda por lo verdadero y no desechable; el futuro de este planeta que es finito,  no lo puede ser (desechable)…. Hoy por hoy la consciencia hacia un entorno sostenible, restaurado y saludable,  está creciendo. Creo que valdría la pena expandir nuestra mente y reflexionar sobre trabajar para el mundo futuro, con acciones concretas que empiecen desde cada uno, desde  la casa: cuidar la salud, ahorrar agua, cuidar los árboles, los animales,  porque hay que pensar en el entorno que deben disfrutar, hijos, sobrinos, nietos y en general todos los seres vivos. No paga seguir acrecentando el elogio a lo desechable y reconocer que no todo lo viejo hay que hacerlo a un lado.

nerea6@yahoo.com

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