Por Elsie Betancourt
Estimados amigos/as, con
placer los saludo hoy, deseando que todos se encuentren bien. Agradezco el
tiempo y el espacio en sus agendas para leer mi blog Ideas Peregrinas…
La
otra vez caminando por el malecón del rio vi a una pareja de ancianos,
agarrados de la mano con sus respectivos tapabocas. Pensé al verlos, que la
ternura y el afecto que transmitían debió ser producto de los muchos años
juntos y el compromiso y la perseverancia que debió marcar su relación. Esa
escena, me lleva a pensar en el contraste que hay con algunas de las actitudes
de nuestra “actualidad”.
En muchas sociedades del mundo, parece que todo es
desechable. Apenas algo empieza a dañarse o gastarse, (con cero mantenimiento)
se regala o se bota; cuando nos cansamos de algo, lo desechamos o actualizamos con algo más
nuevo o más brillante. Lo hacemos con los teléfonos celulares, la ropa, los
autos y lamentablemente hasta con las relaciones. Aunque puede ser bueno
deshacernos de las cosas materiales que ya no necesitamos; cuando se trata de
algo de gran importancia – el matrimonio, la familia, los valores – la
mentalidad de remplazar lo original en pos de lo moderno, puede traer un
profundo remordimiento o de pronto no, todo depende.
Indudablemente que los beneficios que recibimos de algunos productos desechables son evidentes; son cómodos, prácticos, rápidos es decir le simplifican la vida a cualquiera en cualquier momento. También es cierto que este consumo es debido a la moda o en ocasiones a las necesidades inmediatas (mas no las básicas)… será que necesitamos cambiar de celular con tanta regularidad? Podríamos habituarnos al empleo de envases reutilizables la mayor parte del tiempo? Ojalá el chip nos cambie.
El ámbito al que se expande el modernismo en donde lo light
reina incluye las comidas sin calorías,
sin grasas, cervezas sin alcohol, azúcar sin glucosa, tabaco sin nicotina, coca
cola sin azúcar, mantequilla sin grasa y de repente personas sin sustancia, sin
contenido, entregadas al dinero, al poder (al precio que sea), al éxito y al
gozo ilimitado sin restricciones. Es posible que esas personas “light” tengan
un gran vacío moral y no sean felices a pesar de tenerlo “todo”…
Creo que el bombardeo mediático al que somos invitados a
diario, lo podríamos evitar si nos mantenemos firmes en los principios en los
que hemos sido educados años atrás para así atrevernos a desafiar esa cultura
light que nos es presentada de manera tan atractiva. Me llama la atención el
concepto que pulula en el mercado laboral y en muchos escenarios y es el de
desalojar a las personas maduras, (los
de 60 para arriba y si son mujeres, más rápido que ya) reconocidas por su
experiencia y sabiduría, quienes muchas veces ostentan puestos jerárquicos en cualquier
empresa y son candidatos/as “algunas veces” a ser remplazados por personas “más
jóvenes” dizque porque los primeros están obsoletos y viejos… aquí cabria
recordar que “más sabe el diablo por viejo que por diablo”.
Que la población envejezca significa que se viven más
años, en el mejor de los casos, hay más experiencia y es lo que estamos viendo
hoy. La reducción de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida de las
personas (que está ascendiendo), impactan directamente la composición de las
edades de la población mundial… con este panorama, la población de los adultos
mayores sube como la espuma.
De
todo este estado de cosas, afortunadamente está aflorando un sentimiento a
aferrarnos a lo real, a algo que nos diga que todo está bien, que no vamos a
echar a perder nuestra auto-estima, nuestra familia. Existe en muchos una gran
esperanza, de regresar a la espiritualidad, una búsqueda por lo verdadero y no
desechable; el futuro de este planeta que es finito, no lo puede ser (desechable)…. Hoy por hoy la
consciencia hacia un entorno sostenible, restaurado y saludable, está creciendo. Creo que valdría la pena
expandir nuestra mente y reflexionar sobre trabajar para el mundo futuro, con
acciones concretas que empiecen desde cada uno, desde la casa: cuidar la salud, ahorrar agua, cuidar
los árboles, los animales, porque hay
que pensar en el entorno que deben disfrutar, hijos, sobrinos, nietos y en
general todos los seres vivos. No paga seguir acrecentando el elogio a lo
desechable y reconocer que no todo lo viejo hay que hacerlo a un lado.
nerea6@yahoo.com
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