Por Elsie Betancourt
¿Y usted ya sabe come le dicen? ¿Cuál es su apodo? Los apodos son una manera especial, cariñosa e incluso divertida de nombrar a alguien a quien quieres y con quienes tienes confianza o de pronto son maneras de llamar a quien siempre está cerca. Cuando estamos en el colegio es muy común escuchar entre los compañeros de escuela o colegio, los típicos sobrenombres. Estos muchas veces son tan memorables, que acompañan a las personas hasta la edad adulta, remplazando incluso a sus propios nombres.
A veces hay apodos dentro de la misma familia que son dichos cariñosamente y que no buscan lastimar y no afectan en nada la autoestima de o de los sujetos de los mismos. Cuando los señalamientos son despectivos, puede que se presenten secuelas en el ámbito personal que ya requieren otro tipo de tratamiento.
Recuerdo
que, en mi familia cuando niña, me decían “La Rapidito”, porque me gustaba que las
tareas en las que estuviese involucrada, se realizaran inmediatamente… aun hoy
sigo teniendo no se si esa virtud o defecto, que, en el argot actual, sería
sinónimo de ser intensa, que de alguna manera me lleva a concretar todo lo que
me propongo.
Hablando
de apodos, recientemente visité un sitio en donde arreglan radios para vehículos.
Un señor apodado “Conejo” siempre me atiende y acudí a él para que me
recomendara a alguien que soldara piezas en aluminio. Me remitió a un sitio de
soldadura, donde el Señor “Oreja” me podría hacer el trabajo. Yo
disimuladamente le analizaba las orejas al señor, para entender porque lo
llamaban así. Me cuesta bastante trabajo llamar a las personas por sus apodos y
prefiero que sea por su nombre. Entre otras cosas porque he leído que el nombre
de una persona encierra un mensaje particular. “Según su nombre, así es la
persona” … además pienso que uno vibra con el nombre por la musicalidad que
tiene cada letra y su impacto en el sistema nervioso.
Un estudio hecho en Quetame, Cundinamarca en el 2022, asesorado por el Programa Ondas y el ICBF sobre el impacto de los apodos en los niños, analizó el origen del apodo, la motivación, el tiempo que llevan con el mismo, quien se los puso, si les gustó o no. Según el responsable del estudio, se encontró que el uso de éstos y la forma de decirlos con altas dosis de agresión y humillación, van calando en la autoestima y la parte emocional del niño o joven. Por otro lado, hay jóvenes a los que no les importan éstos y los toman como algo jocoso y humorístico o como sentimiento de amistad; sin embargo, hay otros que si sienten dolor, ira, rabia y sufrimiento. Cualquier parecido con el “bullying” es paisaje. Según el estudio, para contrarrestar el efecto del uso de los apodos, la estrategia fue estimular más el uso del nombre que el del apodo y fortalecer así la autoestima.
Nuestra alegría y creatividad hace que nos entendamos y marcamos así nuestro sello cultural. Somos muy dados a apodar al prójimo, llamarlos por el diminutivo de su nombre y quedan casi que para toda la vida por la tradición oral. Ejemplos son muchos: Al que gaguea le llaman cariñosamente “Gago”; al hecho de transformar la manera de decir los pronombres de la 2ª y 3ª persona (tu, el) por: men, papá, primo, llave, cuadro, jefe/jefa, forma parte del menú que cualquier costeño de pura cepa exhibe; el “tía” que cualquier vendedor informal emplea al dirigirse a uno, que sin querer queriendo le suma años, se suele usar espontáneamente y es muy común. Me encantaría saber si mis lectores podrían compartir esos apodos que conocen y que varían tanto, dependiendo de las costumbres e idiosincrasia.
Al
final, los apodos son una parte vibrante de nuestra identidad cultural, reflejo
de nuestras relaciones y emociones compartidas. Por supuesto hay que ser
conscientes del poder que pueden tener sobre los demás. La próxima vez que
escuchemos un apodo, es más que un simple nombre, es una pincelada de nuestro
colorido ser interior. Como reza un adagio, Genio y Figura, hasta la sepultura.
Que afortunados somos de enriquecer el lenguaje con palabras típicas costeñas,
imposibles de traducir literalmente a otros idiomas, porque son el tatuaje de
nuestra esencia.
nerea6@yahoo.com