domingo, 6 de agosto de 2023

La Nostalgia en el Presente ...

Por Elsie Betancourt

            Para los que nacimos de los ´80 o antes, los cambios que estamos viviendo hoy pueden evocar tanto lo bueno como lo malo; lo que se fue y no volverá; incluso nos llevan a reflexionar nuestros errores y cómo evitar repetirlos. Quizás la frase “todo tiempo pasado fue mejor” esté mandada a recoger, quien sabe, pero nos puede llevar a analizar cómo eran las cosas en nuestra época y también puede indicar que nos estamos poniendo “viejitos”.

            El otro día, estaba en un supermercado, haciendo la aburrida fila para comprar la carne… vi pasar 2 jóvenes muy simpáticos que parecían extranjeros. De repente, una muchacha que había pasado por ahí, piropeó a uno de ellos al parecer su amigo, diciéndole: “! Estás divino ¡” Pensé: ahora los pájaros les tiran a las escopetas… antes eso no se veía ….

            Antes, los piropos  que los hombres les decían a las mujeres eran una forma de halagar y cortejar. Si se le pregunta a cualquier joven hoy, sobre un piropo, mirará como viendo un chispero y dirá que estamos “Off”; es que ya éstos no tienen uso, pasaron de moda. Lo mismo sucede con los boleros y las serenatas, prácticas románticas que han quedado en el pasado.  Supongo que ahora, cuando les gusta alguien,  simplemente van a bailar y se abrazan. Por ejemplo, hoy ya no se escriben cartas los enamorados. El papel y lápiz para expresar los sentimientos que dibujaban bellas composiciones, brillan por su ausencia.

            Con tanto cambio, es usual escuchar: esto ya estaba de moda antes… o en mis tiempos esto lo llevaba yo de joven… Como todo es cíclico y va cambiando, paradójicamente volvemos a lo de antes: los pantalones con bota campana, los jeans rotos que parecen volver cada 5 – 10 años, los zapatos con plataformas, etc.…Hay cosas que probablemente no volverán: las guías telefónicas que ya ni se ven, los mapas que no son tan usados actualmente o los teléfonos fijos pues Google todo lo resuelve inmediatamente. Podría seguir enumerando tantas cosas que ahora son consideradas “obsoletas” pero que en su momento prestaron muchos servicios


No obstante, espero que siga estando de moda abrir la puerta a una persona que entra en un establecimiento, dejar la parte interior de la acera al anciano que viene de frente y ser uno quien se baje del sardinel. Decir buenos días al llegar a un establecimiento público o buenas tardes si es por la tarde. Ayudar a alguien indispuesto en la calle o que va muy cargado y no puede abrir la puerta de su casa o de su carro … esto todavía se llama Urbanidad y se enseñaba como asignatura en los colegios y creo que es algo que no debe pasar nunca de moda.


                                

Pensarán que la nostalgia siempre me invade, especialmente acerca de eventos personales significativos que incluyen a personas cercanas: familia, amigos, parejas, las vacaciones y las navidades, por ejemplo. Los viajes, los planes de fin de semana, los ratos de juego y todos los momentos alegres, terminan dejando huella en nuestras mentes a pesar del paso de los años. Yo nunca olvidaré la alegría que me produjo, por ejemplo, la bicicleta azul que el niño Dios me trajo cuando tenía 7 años… imborrable y hermoso recuerdo.

                                                                      


            Hablando de la familia podemos ver grandes cambios. Aunque todavía gracias a Dios, se visita la casa de los abuelos a comer y compartir en familia;  cada vez observo que se trata a los conocidos más como familia y a la familia en cierta forma como desconocidos; ojalá que este cambio no se vuelva tan marcado ya que las personas estamos hechas de recuerdos y si estrechamos lazos familiares creceremos mentalmente más sanos.

 Nuestra mente se escapa a ese baúl en el que está nuestra historia, donde rememorar lo que fuimos es lo que nos ha llevado hasta el presente. Para unos, un capital invaluable, para otros puede ser una fuente de frustraciones que debidamente manejadas nos pueden llevar a superar esos sinsabores que se tejen cuando falta el afecto. Una infancia feliz es como un colchón donde saltan los sueños para siempre estar predispuestos a cumplirlos. Me encantaría leer reflexiones de mis lectores en torno a como viven su nostalgia en estos tiempos.

Si bien es posible que no estemos experimentando un regreso total a una década anterior, definitivamente se trata de una versión nostálgica del pasado con un toque de estilo actual, una brújula emocional que nos ayuda a apreciar nuestras experiencias. A medida que enfrentamos los cambios constantes de la vida, no podemos evitar mirar hacia atrás con cariño. Es definitivo recordar que el presente es una oportunidad para crear nuevos recuerdos y abrazar los valores que nos definen. El equilibrio entre la nostalgia y la esperanza, nos hará vivir plenamente mientras forjamos nuestro camino hacia el futuro. Gracias por leerme.

nerea6@yahoo.com

 

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