Por Elsie Betancourt
Siempre
he oído decir la frase “el corazón tiene
razones, que la razón no entiende”. Me
parece que es una frase con un contenido bien profundo. La intuición, o
instinto llamado por otros, muchas veces
ofrece las “soluciones correctas” a muchos problemas. Pero uno no le para bolas
a eso.
El
filosofo Blaise Pascal decía: “ El corazón … es el misterio que dicta
nuestras vidas, es el que impulsa a una variedad de emociones a veces contradictorias;
es el que nos hace decir cosas que nunca hubiésemos revelado o hacer lo que
nunca pensamos” .
En ese terreno creo yo, entran en juego las emociones que son las que guían el corazón. Definitivamente son el instrumento para manejar y mejorar nuestra vida, ayudándonos a todos a tomar las mejores decisiones y construir relaciones de calidad con los demás. Sólo que omitir esa pequeña consideración (la emoción), puede echar a perderlo todo. Ejemplos hay muchos. En el área del deporte, hay jugadores que llegan a los limites del rendimiento físico y mental para conseguir algo considerado imposible: Ganar ¡… Eso que se le mete a lo que se hace y que a veces muchos no entienden: Corazón. Sólo hay que fijar los límites de cualquier acción y aquí entra la Razón. Recientemente en Santa Marta, en el estadio Sierra Nevada se sobrepasó toda acción mesurada en un partido de fútbol. Hay acciones que van desde escupir un árbitro, romper las sillas, hasta el asesinato, que pueden pasar ese peligroso límite entre razón o corazón.
Otro
ejemplo que cabría traer es cuando la persona se enamora. Las emociones toman
el mando y dirigen sus decisiones y una vez se sale de ese estado de
ensimismamiento, la pregunta es ¿cómo es
posible que actuáramos así, sin tener en cuenta más opciones que las que dicta
el corazón, incluso desatendiendo los consejos de personas que apreciamos y
tenemos en alta estima? Esto aplica a esas personas que a pesar de que dicen quererlas, se las maltrata y hasta pueden
llegar a matarlas.
Aunque
el ser es una unidad y funciona como tal, todavía hay quienes creen que los
sentimientos residen en el corazón sin darse cuenta de que éste es un órgano
que se encarga de hacer circular la sangre por todo el organismo al contraerse
y dilatarse… es en el cerebro donde está la facultad de pensar y gestionar las
emociones. Obviamente nutrimos al cerebro con toda la experiencia personal, la
maestra de la vida. Cada uno madura de acuerdo a lo que ha vivido. Hay
quienes son muy racionales, otros muy sensitivos y espirituales.
Pensar, Sentir y Actuar son las 3 manifestaciones principales de cualquier ser humano. No todo se puede resolver pensando sino sintiendo qué hacer. Al menos yo generalmente me dejo guiar mucho por la intuición y por las impresiones de primera mano, que se pueden articular con lo racional sin pecar de ilusa. La razón va a la velocidad del rayo y el corazón va a la velocidad de la luz. Desafortunadamente la escuela no educa para controlar la velocidad de las emociones pero quizás en el día a día aprendamos con todo lo que nos topamos: momentos dulces, agridulces y agrios. Es difícil darnos cuenta de nuestros impulsos negativos para controlarlos. Los que no tienen esa capacidad se hacen y hacen daños irreparables a la sociedad como vemos a diario.
Tranquiliza
pensar que tenemos un mecanismo que nos
advierte lo que es más adecuado para nosotros, llámese como lo quieran llamar.
No siempre es fiable esta advertencia, porque podemos caer en fobias y en
ansiedad. Por suerte junto a esto que yo llamo intuición, siempre hay una razón
que nos permite analizar los pros y los contras y es con la que nos movemos a
diario, entre lo que dice el corazón y lo que dice la mente. Ojalá cuando al deshojar la margarita,
retornemos al lenguaje natural del amor que nos acercará a una experiencia
racional afectiva que sea honesta, respetuosa y realista. Quizás ésto
sea lo que hace chévere la vida, la capacidad que tenemos de equivocarnos
manteniendo el equilibrio entre mente y corazón y aun con todo seguir adelante y mantener la
esperanza.
nerea6@yahoo.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario