jueves, 25 de agosto de 2022

De la Orfandad y el Olvido ....

 


Por: Elsie Betancourt

            La reciente muerte de mi mamá me ha hecho sentir una gran nostalgia, arropada de mucha resignación y a la vez de alegría por el deber que cumplió ella a cabalidad junto a toda su familia. Eso me lleva a pensar que la Orfandad y el Olvido, crecen y se reproducen como la verdolaga y se da en muchos niveles. Todos la podemos padecer. Si bien es cierto que al perder el papá, la mamá, un hijo, un pariente, una mascota… quedamos huérfanos de ellos igualmente, quedamos huérfanos en el buen sentido de la palabra de los hijos, cuando ellos crecen y se van del hogar.

            Hay pérdidas físicas de las personas u animales que amamos y que son irremediables, de las que uno se repone con el tiempo, pero que perdurarán presentes por siempre en el corazón. Hay otras que tratamos de hacer llevaderas, porque esa es la ley de la vida y ocurren cuando los hijos crecen y vuelan del seno del hogar. Sin embargo, es duro ver cuando ese niño o niña que dependía enteramente de uno/a con el tiempo va mostrando que creció. ¿En qué momento pasaron a un segundo plano los cuentos que eran la costumbre, para que se pudieran dormir, los cumpleaños, los partidos de futbol o de baseball? ¿Las sorpresas, las rifas, las piñatas … el pudin decorado con los motivos infantiles de moda, para celebrar los cumpleaños? … añoro la época de los payasos y magos que era un deleite para chicos y grandes …. Ya eso es historia patria, creo yo …. Hasta los niños de esta época dirán “Que oso¡"… Todo eso daba paso a las fiestas con amigos, las minitekas y las mamas y papas esperando en el carro para que salieran, siendo ya entrada la noche; la recomendación de siempre: “me llamas cuando te vayas a regresar, que yo te recojo…” Yo al menos, me sentía feliz si ellos estaban felices y no me importaba trasnochar esperándolos”.

                                                    

            Ya quedaron atrás, esas noches en las que el miedo a la oscuridad requería la presencia amorosa de la mamá, la dormida de 2 en una cama para 1 … la época en la que peleaban el puesto de la ventana en el carro, o el cojín para ver la TV: “me lo pido todo …” Era usual oír esa orden. Rápidamente llegó el tiempo en que debían estudiar en la Universidad, escoger novia, y uno rezando para que la decisión fuese la más acertada. La jartera que les daba a algunos hijos, a cierta edad, cuando tenían que viajar con los papás porque era más chévere estar con los amigos. Ni que decir cuando las decoraciones de los cuartos tenían que cambiarse urgentemente para no apenar al dueño ante sus amigos “ya grandes” …La llegada al colegio, fue la etapa de la exploración, nuevas experiencias, nuevas comunicaciones que los llevó a emprender un camino: el de la vida. El frío de la soledad golpea el corazón, como sugiere la canción el Camino de la Vida.
            Indudablemente nuestros errores y aciertos fueron el espejo formativo de nuestros hijos. Menos mal que al final llegan los nietos con los que puede uno abandonar las rigideces con las que crió a los hijos …porque esa tarea ahora es de los padres. Los abuelos estamos es para consentir y disfrutar ese amor que antes se irradiaba a los hijos y que no se agota, sino que reverdece en los nietos. Como decía mi mamá “Hijo eres y Padre serás”. Muy sabia. Otra frase que siempre que la leo me emociona es la de Gabriel García Márquez cuando dice: “los seres humanos sólo aprendemos a ser hijos después de ser padres; aprendemos a ser padres después de ser abuelos”.

            Nunca debemos dejar de aprender, disfrutemos a los hijos, a los nietos, a la familia en general, porque el tiempo vuela, la vida es corta y no sabemos lo que la Orfandad y el Olvido que seremos nos generará. Como se suele escuchar, los hijos no se van, la Vida se los lleva...

nerea6@yahoo.com

 

            




lunes, 8 de agosto de 2022

Rosario de Romances ....


Por: Elsie Betancourt

            Hace unos días estuve visitando el Museo Romántico, cuna de archivos pertenecientes a la historia de Barranquilla. Se presentaba un excelente coro masculino que contrastaba grandemente con el entorno tan derruido y oscuro que nos rodeaba; pero a la vez mostraba la grandeza de los que en forma altruista quieren recuperar ese tesoro oculto que ahí se alberga, ofreciendo ese espacio para que no transite en el olvido y se realce su valor cultural.  Al llegar al Museo se me vinieron muchos sentimientos tristes, por el desarraigo que se tiene con estos sitios que debieran ser conservados y arropados por las autoridades pertinentes. Su actual estado deja poco a la imaginación para desear visitarlo. Una donación sugerida tímidamente a los asistentes al evento refuerza la idea urgente de meterse la mano al bolsillo para sacar adelante esta institución.

            En muchas ocasiones los archivos domésticos han servido para ilustrar hechos y momentos históricos importantes de la ciudad, el departamento o el país y que se suelen encontrar en estos museos. La documentación que se guarda a lo largo de los años es un tesoro que hay que preservar para las generaciones futuras. El tema es que, por falta de recursos, en el Museo Romántico, por ejemplo, pulula el comején, la humedad, los murciélagos y la falta de los servicios básicos, entre otros, como testigos mudos de todas esas fotos, documentos y objetos (15000, según me dijo el Presidente  “adhonorem” de la Junta que está al frente y que tienen mucha historia que contar);  todas las personas que forman la Junta,  se resisten a que sean eliminados o echados al cuarto de San Alejo o a un botadero de basuras, todo el acervo que está arrumado en rincones, cuartos sin ventilación alguna y estantes viejos.

            La memoria colectiva histórica, las tradiciones y nuestras habilidades ancestrales no reciben demasiada atención en la sociedad actual. Y eso que la Unesco ha rescatado demasiado.  Todos sabemos que las tradiciones y nuestro patrimonio cultural están muy presentes en nuestras vidas. Esas tradiciones son como fluidos que se mezclan con las circunstancias, influencias y costumbres modernas de ahora. De ahí, digo yo, éstas se pueden perder siguiendo una evolución natural y desaparecer sin que nos demos cuenta, como está ocurriendo.

            Yo no soy ni historiadora, ni curadora de museos, soy una simple ciudadana que piensa que los museos pueden ayudar a recordar y transmitir a los más jóvenes esos contenidos intangibles de nuestra cultura pero que siguen vivos en la memoria de muchos y me resisto a ver calladamente como se deterioran los testigos mudos de la historia  en Barranquilla.

            Habrá personas que dirán que no se debe estar acumulando papeles, fotos, vestidos ni cuadros viejos y “pasados de moda” … en la noche de los tiempos no debemos dejar que se esfume ese legado que tenemos. Es triste ver como se pierden algunas tradiciones, pero sé que existen lugares y entidades que se han comprometido a salvarlas y lo están logrando. ¿Porque no vamos a hacerlo nosotros? ¿Que habrá que hacer para que este Rosario de Romances con el pasado no se rompa? ¿Con quién habrá que hablar? Como decía Rodrigo mi esposo “averígüelo Vargas” ….

nerea6@yahoo.com