jueves, 8 de diciembre de 2022

Eso que nos falta...

 

Por Elsie Betancourt

A veces suelo oír que, a muchos niños y jóvenes hay que llamarlos varias veces en la mañana para que vayan al colegio. Se levantan irritados porque se acuestan muy tarde, hablando por celular, viendo la tele o en Internet. No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos ponen un dedo en nada que tenga que ver con “arreglar algo en casa”. Yo al menos ya tengo mis hijos hechos y derechos, crecidos ya, e imponiendo “sus normas” en sus respectivos hogares. De eso se trata ….  Mis apreciaciones corresponden a las experiencias que veo en otros entornos de familias cercanas que son muy positivas unas y no tan buenas en otras por el relajamiento en costumbres que se puede observar en ellas.



            Es frecuente ver que muchos jóvenes Idolatran a sus amigos y viven poniéndoles defectos a sus padres, a los cuales acusan a diario de sus “traumas”.… No hay quien les hable de ideologías, de moral y de buenas costumbres, pues consideran que ya lo saben todo. Hay que darle su “semana” o propina de la que se quejan a diario porque “eso no me alcanza”. Lo que debo decir es que también hay jóvenes que son consecuentes, colaboradores, respetuosos y justos. De todo hay, como en botica. Un gran % de éstos últimos, se dedica a viajar para conocer el mundo y aprender de otras culturas lo que le gustaría implementar en su vida; está el emprendedor que crea su propio negocio y el que lleva una vida fit, llena de ejercicios, comida sana, muchas maratones, etc.…


            Otro lado de la moneda muestra que aun el día en que consiguen trabajo, algunos hay que seguir manteniéndolos; me refiero más que nada a un sector de chicos de clase media que pueden estar entre 16 y 24 años y que conforma la tristemente célebre generación de los Nini´s, que ni estudian ni trabajan o que estudian y trabajan con todo el pesar y malestar que pueda que les genere.

            Lo que pasó con nuestra generación, es que elaboramos un discurso que no dio resultado en muchos: “No quiero que mi hijo pase por los trabajos que yo pasé…” No hay que olvidar que tenemos lo que tenemos, con esfuerzo y sacrificio y valoramos los esfuerzos de nuestros padres, “al ver y compartir” su trabajo, en lugar de ocultarlo y aparentar que todo es color de rosa en la vida. El Dame y el Cómprame siempre son generosamente otorgados en muchos y se han convertido en habitantes de una pensión con todo incluido, (TV, DVD, equipo de sonido, Nintendo switch, Internet entre otros y comer en la cama) … Recoger el reguero no es prioritario ya que se les hace tarde para salir … Y así se pretende que la casa sea un hogar.



            La música, la moda, los conciertos, la tele, la moda y toda la electrónica de la comunicación han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó y ellos (los más jóvenes) se aprovechan de nuestra supuesta des- información para salirse con la suya; ya que ahora Los HIJOS MANDAN Y LOS PADRES OBEDECEN. Ahora somos padres ignorantes con hijos informados – mal – algunas veces, pero con información al cabo.

                        ¿Será que somos la generación que pedía permiso a los padres y ahora pide permiso a los hijos? …estamos forzados a revisar los resultados, si fuimos muy permisivos o si hemos trabajado tanto, que el cuidado de nuestros hijos queda en manos de las “domésticas maestras” y en un medio ambiente cada vez más deformante y supuestamente por nuestro cargo de conciencia de no tener mucho tiempo con ellos. ¿Estaremos en un nuevo modelo de vida?

Es claro que el crecimiento tecnológico y científico de alguna manera han contribuido para que se bajen los valores morales de la sociedad; la corrupción desde el poder desnuda esa falta de valores. El conformismo desde la sociedad es como una pesadilla en la que todos esperamos que nos salven los que nos han traído aquí. En ese mercado en donde todo se compra y vende (la $$$ es lo que compra todo y cuando digo todo, es todo) se genera la incertidumbre que a todos nos invade. Pienso que es nuestro derecho, restaurar la memoria y el futuro especialmente de los jóvenes que son los llamados a liderar nuevas estrategias. ¿Cuál será el camino? No sé, pero lo que, si se es que nunca es tarde para cambiar en una sociedad educada en valores y mientras tanto, esperemos que este 2023 traiga cosas buenas a todos para seguir fuertes y bendecidos en el camino que nos toque transitar y que los jóvenes responsables y con criterio, estén más presentes y alcen la voz por todos.

nerea6@yahoo.com

 

 

 

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