Por: Elsie Betancourt
En estos
días de Semana Santa, que pasaron dejando una gran avenida para la reflexión,
me he puesto a pensar sobre lo paradójica que es la existencia. La vida no es
ni maravilla ni sufrimiento … sólo una mezcla de las 2; es un viaje lleno de
experiencias únicas e inolvidables. A lo largo del camino, hay momentos que nos
definen, nos enriquecen y nos hacen apreciar qué es lo importante. Desde la
comida y la bebida, hasta la música y el arte, hay ciertos aspectos que pueden
contribuir a nuestra felicidad y bienestar.
Uno de esos aspectos es el Maridaje o, en otras palabras, la combinación armoniosa de diferentes elementos que crean una experiencia excepcional. En la gastronomía, por ejemplo, el maridaje se refiere a la combinación de alimentos y bebidas para mejorar el sabor y textura del “momento gastronómico”. Si no que lo digan los sommeliers, quienes son los especialistas al seleccionar los vinos para el menú del restaurante.
Este tema me hace recordar una simpática
anécdota (hace ya algún tiempo), cuando un gran amigo, visitó un restaurante
italiano de moda y llamó al “Chamelier”, porque quería que le indicara qué
vino podría ordenar con la pasta, ya que había invitado a celebrar su
cumpleaños, a un selecto grupo de sus amigos. Al finalizar mi amigo el relato
de su experiencia, yo quedé medio perdida; comprendí que él se refería era al “Sommelier”
y también entendí que él había adoptado el talante “gourmet” para impresionar a
sus convidados. Aclaro que gourmet en este caso se refería a lo más exquisito,
de más alta calidad y sofisticación en la gastronomía.
Hablando de
combinaciones, tenemos muchos ejemplos de maridajes criollos unos y sofis otros:
el bollo é yuca con queso (famoso matrimonio) con jugo de mandarina o de
zanahoria, hasta llegar al vino rojo con el steak pimienta, la pasta blanca o
el pescado con vino blanco; el peto con Caviar … No creo, será para que se
revuelquen los grandes de la gastronomía… y lo sabroso que es un peto
caliente…. Así podemos seguir enumerando más combinaciones que creo yo
provienen de costumbres aprendidas unas y otras de lo que se ve por televisión,
en revistas o en películas, por ejemplo, cuando vemos platos minimalistas. (Allí
brillan por su ausencia el ATC (arroz, tajada y carne, tbn. los corrientazos
con distintos acompañamientos).
Algo que siempre me he preguntado sin conseguir una respuesta es que mientras las cavas están tupidas de botellas de vino a 16 grados para así preservar todos sus matices, ¿Que ocurre con el maridaje de libros y el saber? ¿Hay bibliotecas aun? ¿La gente tiene libros? La estantería de copas para desplegar todos los aromas del vino está llena, pero las paredes vacías … ¿La gente tiene Arte?... habría que hacer encuestas…
Desde otra
perspectiva, podemos probar diferentes acciones en la vida, para enriquecerla y
encontrar nuevas formas de disfrutarla. La personalidad, los valores, las metas, las
pasiones, las relaciones pueden interactuar para crear una vida armoniosa y
satisfactoria. Por ejemplo, al elegir una carrera, que ésta se adapte a las
habilidades y pasiones que cada quien tenga; al escoger a los amigos, que éstos
compartan los mismos valores y objetivos de vida; también equilibrar los
distintos intereses y responsabilidades para que la vida misma se impregne de
eso, etc.
La vida, como comentaba al principio es paradójica y es una sumatoria de instantes, buenos, regulares y malos. Muchos son los desafíos que se nos pueden plantear, que implica hacer compromisos y ajustes: la lucha por encontrar el equilibrio y la armonía en una vida ocupada y compleja y la dificultad de encontrar a alguien que complemente y enriquezca el diario vivir. Es como un plato que se puede saborear de diferentes maneras.
A la larga, aunque existen principios básicos de maridaje, para no sentir que sólo bebimos y no comimos o viceversa, la verdadera armonía del vino, está en la vida misma, en los instantes que disfrutamos, en las personas que nos rodean y comparten esa botella con nosotros. Lo más importante es recordar que no se trata de seguir reglas fijas, sino de experimentar y encontrar lo que funciona para cada uno. ¡Se me olvidaba¡, la música siempre jugará un papel importante en cualquier maridaje que queramos hacer, ya sea gastronómico o vivencial, porque con ella tendremos la misma sensación de placer que cuando acompañamos un vino con comida. Los maridajes cotidianos no sólo deben ser de comida y vino, sino de personas, lugares e ilusiones para que valga la pena encontrar lo que es esencial en la vida, que al final es encontrar la felicidad en los pequeños momentos.
LA VIDA ES BELLA...
nerea6@yahoo.com
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