sábado, 31 de agosto de 2024

Familia: ¿Capital Emocional?


Por Elsie Betancourt

            La familia es ese lazo que nos une, nos reconforta, nos enseña, nos alimenta a pesar de que haya obstáculos para esos propósitos. Siempre he oído decir que no elegimos la familia en la que nacemos. No obstante, el primer contacto que tiene un ser humano cuando nace es con su familia. Por lo general, son los padres, con quienes se establece el primer vínculo, seguido de los hermanos – si los hay – con tíos, tías, primos y así se van haciendo relaciones con amigos, profesores y hasta con mascotas. Pero pienso que las relaciones familiares mas cercanas pueden ser las más complejas y a veces, las más conflictivas.

            Hay familias para todos los gustos, colores y sabores …. Unas tienen una mamá y un papá, otras tienen 2 papás o 2 mamás, otras tienen un papá o una mamá; en algunas, hay abuelos, sin papá ni mamá; antes, las había con muchos hijos, hoy no tantos. Mi grupo familiar, por ejemplo, constaba de papá y mamá + 8 hijos (3 varones y 5 mujeres); era numerosa e implicaba un manejo con mucha paciencia, firmeza y amor, que era el que desplegaban mis padres. La disciplina tenía su aliada: María Moreno, (una correa negra) que quitaba lo malo y ponía lo bueno. Eran otros tiempos.                                           

            Los valores que se aprendían en casa, no sé porque extraña razón, que son los mismos que exhiben hoy en día las familias de las nuevas generaciones, al parecer antes, se arraigaban con más fuerza; las miradas de los papás era señal de que debíamos salir de una reunión, no responder a requerimientos, obedecer sin objetar, ser respetuosos, etc. …. Esa era la norma … hoy en día, el cuestionamiento hasta de los mas chiquitos aflora sin ninguna pena o contención… toca decir “cómo han cambiado los tiempos”.

Me siento agradecida por haber nacido en la familia que nací y crecí; en la que tuve carencias porque éramos tantos y en donde sentí que fueron esas carencias, las que me impulsaron a conseguir mis sueños. La infancia es el tiempo de la Inocencia, en donde empezamos a escalar peldaños que resultan bien altos y van quedando ahí,  huellas de pisadas pequeñitas. Pero es un mágico lugar de sueños donde todo es posible y en donde lo mejor empieza si se ponen las ganas.

Como dice Ruben Blades en su cancion: Familia es Familia y Cariño es Cariño:


            Las generaciones van transmitiendo lo que reciben en la educación y no somos quienes debemos criticar, si fue bueno o malo como nos educaron… A la larga una familia simplemente es un grupo de personas que se quieren mucho y se cuidan entre sí.


            Hay un dicho popular que reza: “los amigos son la familia que escogemos”; muy de acuerdo porque, aunque la familia en la que nacemos y crecemos es determinante para nuestra personalidad, es impuesta, simplemente nos correspondió y no podemos cambiarla. Mientras tanto, la amistad es un vinculo que nace de la espontaneidad, compatibilidad y elección y si se tienen los amigos correctos llegan a ser una verdadera familia.        

            En definitiva, la familia con todas sus complejidades y dinámicas sigue siendo el núcleo donde se forjan los primeros lazos emocionales. Aunque no la elegimos, es en ella donde aprendemos a amar, a convivir y en muchos casos a sobrevivir.  A medida que crecemos, tenemos la posibilidad de construir nuestras propias “familias emocionales” a través de amigos, parejas y otros vínculos que elegimos conscientemente. Así, el capital emocional que adquirimos en la infancia, es con el que navegaremos el resto de nuestras vidas, siempre en busca de relaciones que nutran nuestro ser.

“La Gratitud es cuando el Recuerdo se guarda en el Corazón y no en la Mente…”

nerea6@yahoo.com

 

 


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viernes, 16 de agosto de 2024

La Educación de Hoy: ¿Vocación o Necesidad?


Por Elsie Betancourt

            He llegado a la conclusión de que cada generación tiene sus motivaciones distintas para estudiar. Recuerdo que durante muchos años acceder a los estudios superiores era un privilegio de las clases mas pudientes y tener formación, era un indicador de estatus. Sin embargo, hoy por hoy, alcanzar determinado nivel educativo se convierte en algo imprescindible para acceder al mercado laboral.

            Cuando terminé el bachillerato, siempre le oía decir a mi papá que terminar una carrera, me permitiría llegar a otro nivel de desempeño tanto laboral como social; en familias grandes como la mía, era un reto poder llegar “todos” a ser profesionales. Recuerdo que me gané una beca en sexto de bachillerato, en el Liceo Celedón, colegio de Santa Marta, que constituyó el tiquete gratis para entrar a la Universidad del Atlántico, a estudiar una “carrera de peso”; escogí Ingeniería Química por su prestigio, aunque en secreto, me apasionaba mucho más la Música. Terminé mi carrera y después de algunos años, inicié otra en Música, que era lo que me gustaba.

            Pienso que, en nuestra sociedad, no se valora tanto el conocimiento como las acreditaciones y los títulos; el sistema educativo prioriza ante todo la productividad y las competencias profesionales mientras que los objetivos relacionados con el medio ambiente y la justicia social, tienen una importancia menor. Menos mal que cada vez son más, los que se arriesgan y persiguen su vocación, escogiendo aquello que les apasiona por encima de lo que les pueda dar beneficios. Ejemplos hay los que se quieran: músicos, pintores, cantantes, bailarines, deportistas, etc.….


            Hoy, la titulitis no da tanta satisfacción como el valor que tiene el conocimiento en sí. Cuando se encuentran contradicciones entre una educación que, en vez de enseñar a pensar, razonar, a desarrollar un pensamiento crítico propio original, creativo… lo que hace es:  transmitir contenidos que entran en serie con lo que se puede conseguir en Internet y los distintos medios de comunicación, esto, desnuda la falta de herramientas para saber procesar y acomodar ese vasto contenido, a las estructuras de pensamiento propias.

            La presión de asegurar un mejor futuro socio- económico o una “supuesta mejor valoración” conlleva a escoger una carrera que “$$$valga la pena$$$$.... No obstante, muchos jóvenes se han visto obligados a seguir viviendo en la casa de sus padres porque no encuentran un buen trabajo.

            Ante ese panorama, los jóvenes de nuestro país siguen eligiendo las clásicas Arquitectura, Derecho, Psicología, Contaduría, Administración de Empresas, sigue la lista y los mas arriesgados escogen Música, Pintura, Danza, Cine, Deporte …

            Sabemos que los jóvenes de hoy son una generación diferente a las anteriores. Han crecido en un mundo digital y globalizado y tienen acceso a mucha información y recursos. Definitivamente esto moldea su forma de aprender; he comprendido, desde mi práctica como docente musical, que el aprendizaje que buscan debe ser activo, en donde su participación sea esencial.  Aprenden lo que ellos relacionan con sus intereses…por ejemplo, si es en el mundo de la música, lo que oyen es lo que quieren tocar. Hay que tratar de ser un modelo positivo, en donde se valore el aprendizaje y el trabajo que esto conlleva.

            Como educadores, debemos estar preparados para adaptarnos a estos cambios constantes. La educación de hoy enfrenta un reto complejo: encontrar el equilibrio entre la satisfacción personal y las demandas de un mercado laboral cada vez más competitivo.  Guiar a los jóvenes a que elijan con conocimiento y pasión, sin sacrificar sus ideales por la presión social, es el verdadero desafío.

nerea6@yahoo.com