La vida es lo que ocurre mientras estas conectado a tu móvil!!
Por Elsie Betancourt
Las bondades de la tecnología y el
manejo de sus múltiples aparatos los conocen algunos muy bien, otros no tan
bien (me cuento en ese grupo) y otros muchos, no les interesa el tema, se
aburren. Todos sabemos que estos
dispositivos móviles abrieron el acceso a una fuente ilimitada e instantánea de
la información, a contactos “urbi et orbe” y al entretenimiento.
El tema es
que, como dicen por ahí “cilantro pero no tanto…” hay un universo paralelo en
el que sus efectos secundarios (lo de estar siempre hiperconectados) empiezan a
causar problemas y en el que ha aparecido la nueva tendencia de “desconectarse”
por el bien de la salud mental y física.
En el mundo se han generado actividades en las que se promueve la
desconexión, o sea personas que aceptan el reto de renunciar a cualquier
dispositivo tecnológico durante 24 horas, enfocarse más en actividades de
familia, hacer deporte, charlar cara a cara con los seres queridos y porque
no, disfrutar el silencio.
Muchas veces encontramos que la
gente no sabe cómo entablar conversaciones al azar en un café, en una parada de
bus, al llegar a una fiesta, porque su
atención está siempre puesta en el celular para disimular algunas veces la
timidez ante un entorno no familiar. Es tanta la adicción a estar conectados,
que estudios han arrojado que más de la mitad de los jóvenes consideran a sus
“Smartphones”, parte de sus cuerpos y padecen una sensación de desprotección o
depresión al no tenerlos cerca. Es increíble como usamos lo digital para todo,
todo el tiempo: para trabajar, comunicarnos con las personas de nuestro entorno,
hacer compras, realizar operaciones
bancarias, preparar las próximas vacaciones u ocuparnos de las tareas de los
hijos.
Me impresionó mucho la experiencia
del periodista y catedrático uruguayo Leonardo Haberkorn quien renunció a seguir dando clases en la carrera
de Comunicación en una universidad en Montevideo. La razón principal era la de
que estar hablando de los temas que le apasionaban referentes a su cátedra
chocaba con la actitud de los estudiantes que no podían despegar la vista del
celular. Al hacerles preguntas de la actualidad lo que recibía por respuesta
era un silencio que se arropaba con la incultura, el desinterés y la ajenidad.
Lo más triste para él era tratar de conectar gente desinformada con el
periodismo. Decidió tirar la toalla, porque no soportó ese panorama tan
mediocre en su quehacer como docente, rendido ante la apabullante influencia de
los celulares.
Los médicos encargados de explicar
la dependencia a todos estos dispositivos,
consideran que ésta es una alteración física del cerebro a nivel
estructural, es decir se afectan partes del cerebro asociadas al recuerdo de
detalles y a la capacidad de planificar las tareas, lo que nos incapacita para
establecer prioridades en la vida. La vida cotidiana, la vida en familia, a
veces, pasa a ser “plato de segunda
mesa”.
Aunque la tecnología ofrece enormes
beneficios a todos, es necesario encontrar un equilibrio adecuado. En la vida
resultaría beneficioso tener ayunos digitales, es decir separar por ejemplo las
horas de trabajo del tiempo no laboral. La inactividad es un riesgo para la
salud. El “Desconectarse” debe estar asociado a tener actividades deportivas,
artísticas, sociales o de cualquier otra naturaleza que garanticen tener la
mente ocupada para no estar o durmiendo, o sentado/a frente a una pantalla,
pasando horas frente al facebook o whatsup.
Es inevitable preguntarse qué nos
deparará el futuro en 30 años. Tendrá la tecnología más y más relevancia en
nuestras vidas? Ojalá que no ¡Las películas de ciencia ficción no suelen ser
demasiado benévolas con la humanidad. Siempre habrá un héroe que nos salve pero
aun así parece que las desventajas de esa dependencia tecnológica podrían ser
más perjudiciales que sus ventajas. Amanecerá y veremos…
nerea6@yahoo.com
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