Las muestras culturales de los pueblos se expresan de
variadas formas; con las tradiciones, el habla, el vestir, el comportarse, las manifestaciones
artísticas, culinarias y literarias diversas y peculiares, se sella la esencia
de un conglomerado social. Entre éstas, encontramos los refranes, que como
expresión popular retratan la idiosincrasia y siempre dejan un mensaje o
moraleja bien sencillo, resumen de la sabiduría popular, (del momento) ya sea
dando consejos morales y/o prácticos. Los hay que son como poemas y otros que
reflejan las huellas de antiguas supersticiones y hasta conjuros.
Los refranes han existido siempre y en todas las
culturas, transmitiéndose oralmente y de generación en generación. Como se
puede ver en el refrán que dice En Abril,
lluvias mil se muestra en forma de verso que en todos los años en el mes de
Abril llueve bastante (ahora con este cambio climático que enfrentamos, no se
cumple mucho). Sobreviven porque son atemporales y de temas variados, sin
embargo, la disminución de su uso,
parece un hecho. Lo demuestran las nuevas generaciones que se ríen cuando oyen
una expresión que se sale del contexto del lenguaje que impera actualmente
entre éstas. Estas frases breves y con características que se encaminan hacia
la instrucción, la ética y la moral, siempre serán consejos con un sentido
gracioso y ojalá no desaparezcan. Como dato para tener en cuenta, los
especialistas en lenguaje creen que los que más dicen refranes son las madres,
en primer lugar, le sigue el padre,
luego la abuela, seguidos de los amigos y maestros.
Muchos son los refranes que todos conocemos, por ejemplo
cuando decimos “Como Pedro por su casa
“, queremos significar la persona que se mueve cómoda y resuelta por un espacio
que no le pertenece. “Salvado por la campana” se usa cuando no realizamos
una misión aburrida y desagradable porque otro suceso se interpone. En la
antigüedad, muchas personas eran enterradas con vida. Para evitar que las
victimas murieran bajo tierra, se colocaba en la parte externa del “cajón”, una
pequeña campana. Así si alguien despertaba podía pedir auxilio de inmediato. Se armó la gorda, hace referencia al
nombre de la revolución contra Isabel II. Hoy en día sirve para hacer referencia
a una pelea de gran envergadura que no ha ocurrido, pero que se dará en muy
poco tiempo. Y así podemos seguir
con una lista interminable y explicación de los mismos. Para mencionar entre
otros: “Loro viejo no aprende a hablar”, “A
cada puerco gordo se le llega su San Martin”, “El ojo del amo es el que engorda
al caballo”, “Al perro más flaco se le pegan las garrapatas”, “A quien Dios se
lo dio San Pedro se lo bendiga”… y así muchos mensajes dichos en pocas
palabras, que sabiamente se usan en situaciones que lo requieren.
Pero en la
actualidad se siguen manifestando de la misma forma o han evolucionado? Para
intentar responder esta pregunta cabria pensar en que los refranes expresan una
sabiduría, una actitud, una opinión, no “la sabiduría de un pueblo” ya que se
producen en un determinado lugar y tiempo. Estos son reconocidos por los que
pertenecen a una misma cultura concretada en un lugar y una época. Hablo de las personas que nacieron y crecieron
en un mismo periodo de tiempo, por ejemplo esas que los investigadores
sociológicos identifican para comprender y estudiar su conducta como grupo.
Han escalado los refranes? Se podría afirmar que de
cierta forma sí; ahora las nuevas generaciones utilizan expresiones que los
remplazan. Gracias a las nuevas tecnologías, por ejemplo, los grupos de
whatsapp de toda índole son parte de nuestro día a día. Y los distintos
mensajes (Gifs) son la mejor forma de
expresar una actitud vital, un sentimiento o una necesidad. Cuando aparece el
doble “check”, no hay vuelta atrás, llegó lo que queríamos decir. Es posible
que este estado de digitalización en las comunicaciones conlleve a que las
nuevas generaciones vayan olvidando parte de las tradiciones y creando nuevas
frases acordes al tiempo en que viven.
No debemos olvidar
que los refranes nos ayudan a conocer el mundo a través de los ojos de quienes
nos precedieron. La capacidad que tienen los medios de imponer en forma
vertiginosa lo que antes llevó mucho tiempo en transmitirse generacionalmente
es incuestionable. Por eso, no dejemos que estos pequeños tesoros desaparezcan
o se acumulen tan sólo entre las paredes de una residencia para ancianos ya que
los refranes brindan conocimiento de nuestro pasado histórico y cultural y no
tanto para tomarlos como verdades absolutas o axiomas.
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