Como todos sabemos, Escuchar es un verbo que hace
referencia a la acción de poner atención en algo que es captado por el oído.
Esta función depende de éste y gira en torno a la escucha que hacemos de lo que
nos rodea, claro está y de lo que no queremos oír y también nos rodea. Cada vez
me convenzo más lo conveniente que resulta aprender a escuchar a los
demás y no simplemente oír lo que dicen.
Por ejemplo, en una actividad comercial hay que saber
escuchar o “pechichar” a los clientes, diría yo, porque de eso depende conservar la clientela y
no propiciar que se vayan para la competencia; las relaciones entre amigos se
mantienen si las personas implicadas se escuchan con interés y sinceridad. Lo
mismo sucede en las relaciones de pareja o en cualquier otro ámbito.
En cualquier caso, saber escuchar implica tener empatía hacia nuestro interlocutor, dejarle hablar sin interrupciones, manejar los momentos de silencio y hacer preguntas pertinentes. Saber escuchar es un arte…. No se trata sólo de prestar atención a lo que se dice y mostrar respeto a nuestro interlocutor, sino captar lo que el otro está pensando más allá de lo que está diciendo…no juzgar, no distraerse haciendo otras cosas; no asumir que se sabe lo que va a decir el interlocutor y adelantarse a decirlo (una mala costumbre muy frecuente); no dar soluciones, sino considerar que el otro es capaz de encontrar la suya.
Cuando vemos un programa de televisión es muy probable que prestemos poca atención a lo que se dice, porque quizás el efecto de las imágenes nos distraen por momentos; sin embargo sin esfuerzo es probable que nos conectemos nuevamente con lo que vemos y oímos. La radio, exige mayor concentración para llevar el hilo de lo que se dice. Mientras el televidente ve y escucha el oyente sólo escucha.
Todo
esto nos conduce impajaritablemente, a reconocer a los que se “pasan de piña”
cuando se comunican: el o la que no respeta los tiempos en las conversaciones y
toma el turno de la palabra sin tener en cuenta que lo que tienen que decir los
demás, también es importante. Es típica la persona que habla mucho pero escucha
poco… por el contrario le gusta ser el centro de atención en las conversaciones
con los amigos. Le gusta aportar sus puntos de vista sobre un tema, contar
anécdotas, recordar hechos importantes o simplemente romper el silencio con
palabras que en ocasiones pueden agotar al interlocutor, que echa de menos el
valor del silencio en la conversación.
Lo peor se da cuando hay 2 personas con las mismas características que compiten
por brillar en cualquier reunión.
Hablando sobre la comunicación, suele pasar que cuando no se tiene el poder de concentración bien desarrollado, la mente tiende a desconectarse ante el discurso del otro porque uno se puede sentir desbordado por tanta información; ahí nacen los “sordos, ciegos y mudos "; el exceso de palabras aburre y a veces produce agotamiento, hay que economizar diría yo, el lenguaje. Aquí cabe mencionar, por ejemplo, las famosas cantaletas que se le aplican a los hijos, la pareja o a los amigos en general. Las personas se hartan de los discursos simples, repetidos y sin contenido. Menos es más.
Saber hablar es una cosa y saber comunicar es “harina de
otro costal”. Son diversos los factores que intervienen en la comunicación, no
sólo los antes mencionados sino el “lenguaje
corporal” que también puede ser percibido o “escuchado” y que mande
mensajes fuertes… lo que aprendamos con respecto a cómo escuchar mejor (y por
tanto comunicarse) se puede aplicar en cualquier ámbito de la vida cotidiana.
Amigos y conocidos, así como la familia, ayudarán a mantener mejores y más
agradables relaciones y se podrán resolver problemas con más facilidad ya que
estamos en una sociedad donde no siempre interesa lo que otros tengan que
decirnos, porque lo único que cuenta es aquello de lo que uno está convencido.
Escuchar es una actitud ante la vida que no siempre practicamos…hay que mirar
más a los ojos, dar tiempo y ser pacientes, hay que dedicarse a ejercitar, hablar menos.
nerea6@yahoo.com
Generalmente estamos acostumbrados a oír , y poco escuchar. Se evitarían muchas diferencias hoy en día en nuestras comunicaciones diarias . Gracias.
ResponderBorrarDe acuerdo contigo Lia, si atendieramos concentrados lo que nos dicen se evitarian los malos entendidos… porq generalmente nos apresuramos a responder lo que quizas no hemos comprendido en su totalidad… grcs por compartir tu reflexion🌺
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