Por Elsie Betancourt
En días pasados, estuve viendo un programa en el que despedían a Rafael Nadal por su larga y exitosa trayectoria en el tenis …. Mostraban sus inicios desde niño hasta hace algunos años cuando el despliegue de vitalidad y juventud era su sello; su destreza física se exaltaba en cada torneo…. El contraste que me produjo verlo a él en el centro de la cancha de tenis en Roland Garros, medio calvo, con manchas en la cara, delgado y llorando cuando se despedía, fue grande; agradecía a todos los que de alguna manera habían contribuido a que su proceso fuera exitoso … verlo hoy, en esa misma cancha en la que alzó tantos trofeos, vulnerable y visiblemente cambiado, me hizo pensar en el paso del tiempo y cómo la juventud, esa chispa que parece eterna, termina por irse casi sin aviso. (el tiene sólo 39 años, joven todavía)
Definitivamente, el tiempo corre detrás de nuestra juventud… y cuando
nos alcanza, nos hace mirar atrás y preguntarnos en
qué momento nos alcanzó. Claramente, ésta (la juventud) va quedando
relegada a un segundo plano, porque la gravedad se toma todo lo que uno se encargó
-- o no --, de mantener en su lugar, así fuera con o sin el ejercicio, con la
pereza, comiendo bien o regular, siendo adicto a los excesos de comida,
bebidas, etc.… ni las cremas ni las pomadas pueden borrar las marcas de tantas
risas, penas, abusos, trasnochos y enojos de nuestro semblante. Llegará el
momento en que nos cansaremos de hundir el estómago, sacar pecho y la cola. Ahí
querremos echar para atrás el tiempo.
Pero si hay algo que se rescata del proceso vivido, es lo maravilloso que tienen las distintas etapas de la vida, así no las valoremos en su momento: el aprendizaje, los retos, las enseñanzas, la $$$ que se pudo lograr con lo que hicimos. Yo al menos, seguiré tomando vitaminas, colágeno, limón, vinagre de manzana y haciendo ejercicio; comiendo menos para llenarme no de hambre... sino de ganas de seguir bien en el camino haciendo lo que me gusta.
El Camino de la Vida ....
El bienestar prolongado, que llamo yo la “búsqueda
de la juventud”, es un tema complejo que muchos lo asocian con un mayor
vigor físico, una mayor capacidad funcional y un menor riesgo de enfermedades. Como
consecuencia, muchos sienten el deseo de retrasar o minimizar cambios que
puedan afectar las relaciones en el trabajo y en los espacios de interacción
social.
Hay que preguntarse ¿queremos vivir más o vivir mejor? No se si algunos habrán leído el libro de Oscar Wilde: El retrato de Dorian Grey; aquí Dorian es un joven aristócrata de la Inglaterra del siglo 19, que desea conservar su juventud y belleza. Tiene la oportunidad de lograrlo cuando un amigo pintor le hace un retrato misterioso y cautivador, en donde el que envejecería sería el retrato y el (Dorian seguiría siendo el mismo); pero paga el precio al presenciar su propia decadencia moral en la imagen pintada. ¿A cambio de que, buscamos una imagen perfecta? Amigo lector, que opinas?
Tal vez no
exista un elixir de la juventud que se beba. Pero si uno que se vive: en la forma
en que aceptamos el paso del tiempo, honramos cada arruga con o sin bótox, y
seguir bailando, aunque sea más lento, al ritmo de la vida. ¿Será que en
realidad el secreto no es vivir joven, sino envejecer sin miedo?
nerea6@yahoo.com
Excelente y sabia visión de las etapas de la vida. Nada más cierto que la vida es una constante fuerza que modifica el entorno y lo interno en un viaje sin retorno.
ResponderBorrarTu tuviste una bella juventud.
ResponderBorrarTodos hemos tenido bellos momentos en la vida, unos más significativos que otros, pero no dejan de ser hermosos🌸
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