martes, 5 de noviembre de 2019

¿Alquiler de Vidas?





Por Elsie Betancourt

           El tema de moda ahora es la “subrogación de vientres” o “alquiler de úteros”. Esa terminología no la conocía. Es un procedimiento que rompe con el concepto tradicional de madre, considerada como la mujer que da a luz. Por ello, muchos nos preguntamos y particularmente yo, como mujer, si el someterse a esta técnica puede conllevar a algún tipo de efecto o riesgo psicológico, tanto para la gestante por tener que entregar al bebe que ha tenido en su vientre compartiendo su vida, sus emociones, su estrés, sus alegrías, sus miedos,  como para los futuros padres, por tener que recurrir a esta técnica.
           
        Es claro según dicen los que saben, que la gestante debe asumir que ese bebe no es su hijo, y así lo declara en un “Contrato de Gestación Subrogada”. Me pregunto qué pasará con el vínculo materno-fetal? El embarazo es un estado del organismo caracterizado por los cambios tanto a nivel físico como emocional.  Si pensamos que cuando se donan órganos a personas que lo necesitan, hay que esperar un tiempo prudencial para ver si éste no es rechazado,  qué pasará con el embrión ajeno en el cuerpo de la mujer?  Me imagino que las mujeres deberán tomar muchas hormonas para preparar el cuerpo, ya que el bebé que habitará en ella ha sido creado en el laboratorio. Existirá un sentimiento de pena o impotencia al entregar al bebé? En los animales uno ve que la madre es como una leona cuando tiene sus bebes. Ella los cuida y los amamanta. Con estos bebes (humanos) de negocio, quien les brindará el calor que da la mamá, quien los amamantará? La única persona que el bebé conoce es la mamá que lo llevó por 9 meses. El instinto maternal parece que lo hacen desaparecer a la fuerza.

         La maternidad está empezando a contemplarse como un negocio; yo diría forma parte del esclavismo del siglo XXI. El cuerpo de la mujer sería una mercancía, con unas características que debe tener para ser apta para albergar al bebé ajeno. Este fenómeno, que se presenta más en los países pobres, como India, Ucrania, Colombia, entre otros no tiene medidas legales para su regulación y son los  países más apetecidos para esta práctica, aprovechando la pobreza en la que viven muchas familias y la falta de regulación legal.

         Si bien es cierto que algunas parejas, diversas o no,  tienen problemas para tener hijos, aquí cabría una justificación para recurrir a esta práctica. Lo que sí es inaceptable es que para que el cuerpo femenino no se vaya a deformar alquilar el útero de una mujer por $$ resulta más atractivo.

      Me pregunto qué pasará con los niños que nacen de  vientres alquilados si se les informa cuando grandes? En ocasiones ve uno que los niños adoptados cuando saben que lo son, tienen un llamado a conocer a sus padres o madre biológica.  Qué pasará cuando los niños que han sido encargados por plata y por razones del destino salen con algún síndrome, adonde irán a parar? Lo querrán los  nuevos padres? Muchas son las preguntas que todavía no tienen respuestas.

         En la sociedad actual, libre y llena de una amplia variedad de opiniones y pensamientos distintos, distinguir lo aceptable de lo que no lo es, resulta complicado, porque las distintas posturas frente a un tema determinado pueden ser igualmente respetables y éticamente correctas. Esto que está sucediendo podría contemplarse como el camino a los nuevos modelos de familia surgidos del avance de la sociedad y una forma de solucionar un problema cada día mayor: la infertilidad.
                
       La coyuntura es grande. El enorme negocio que genera el comercio del cuerpo de la mujer y el tráfico de niños va en aumento. Ojalá que esto no nos lleve a un estado en el que, el alquiler de vidas, no brille la ética.

nerea6@yahoo.com

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