miércoles, 28 de diciembre de 2022

Mapa de Sueños...

 

Por Elsie Betancourt

            Navidad es la fecha por excelencia para colecciones de memorias, celebraciones y unión familiar. Por muy lejos que estemos siempre tendemos a evocar la nostalgia de todo lo que amamos… hacer si o si el recuento de lo que hicimos, de lo que nos faltó hacer y de los grandes propósitos que con fe esperamos que se nos den en el nuevo año. Para unos será bajar un poquito los gorditos que se nos siembran en la barriga, cintura, brazos; comenzar de “verdá verdá” a hacer ejercicio, ya sea caminando, trotando o yendo al gimnasio… mejorar las relaciones interpersonales, estudiar inglés, hacer una maestría, comenzar un nuevo emprendimiento y así puede que la lista sea larga para unos, corta para otros e inexistente para muchos…

            Me he puesto a analizar que una de las cosas en las que yo debería trabajar, no sé si coincidan algunos de mis lectores con esta idea, es en identificar los ladrones del tiempo que hacen que muchos de nuestros propósitos no se cumplan.


            Sabemos que el tiempo es intangible e intransferible; hay quienes afirman que vale oro, pero realmente no tiene precio. Cuando se gasta, no se puede recuperar y su duración es finita. Lo más irónico es que nos hemos inventado 1000 maneras de perderlo y así tener las excusas a la mano para no realizar eso que nos proponemos. Creo que hemos caído en las redes de la Procastinacion (sacar excusas para postergar una acción).

            Desafortunadamente hoy en día existen muchísimas fuentes de interrupciones. Todo lo relacionado con Internet tiene la perniciosa facultad de hacernos perder el tiempo en casa y en el trabajo sin darnos cuenta… increíble hoy cualquier persona, tiene un celular a la mano, leyendo o mandando mensajes y a toda hora; desde el que lleva domicilios pasando por una estela de personas que hacen distintos trabajos, hasta las personas que se desempeñan en grandes compañías. No digo que sea malo el uso del celular, sino que debiera moderarse; por ejemplo, desconectarlo durante las horas del día en que se necesite una mayor concentración en lo que se hace; no acudir a las “nanas digitales” para desentenderse un poco de los niños; vigilar los sentimientos que generan emociones negativas: como sentimientos de culpa, odio, ansiedad, por ejemplo, que consumen la energía mental que es tan importante y que de cualquier forma pueden impedir que se hagan tareas.

            Los ladrones del tiempo están por todas partes, formando parte del entorno de nuestra vida siempre asociados a las excusas: lo haré mañana…, tengo que dar primero una vuelta para hacer esta tarea…, no es tan importante hacerlo ahora mismo…, ahora tengo otras cosas que hacer…, no es el mejor momento…, mejor voy al médico en otro momento…, ese idioma que quiero aprender, tocará más adelante… etc. …. y así seguimos postergando todo.

            En una reciente reunión y a propósito de nuestro tema, mi hijo Rodrigo me mencionó la idea de George T. Doran, (consultor y planeador comercial gringo desde 1981) en donde él introduce una herramienta para tener criterio y mejorar los chances de tener éxito al cumplir un propósito; ésta tiene una sigla corresponde al acrónimo (palabra formada al unir parte de 2 o más palabras), que une los significados de SMART, que en inglés significa inteligente

           En resumen, él afirma que hay que estructurar lo que se quiere conseguir de forma concreta; tener formas puntuales de medir el progreso de lo que se quiere, en un plazo determinado… por ejemplo tener una báscula para medir el peso, un metro para medir los cambios en medidas; los objetivos deben ser realistas en tiempo y en dinero, porque no voy a soñar con ir a Tailandia, cuando mi salario o entrada no me lo permite; lo temporal se refiere a proponer meses o años para cumplir lo que se desea lograr. Lo más importante digo yo es tener el dinero para cumplir las metas.

          Como ya está cerquita el 31 de diciembre, ojalá recibamos el nuevo año con un corazón liviano, soltando lo que no sirve. Hay que perdonar, limpiar, liberar, agradecer y procurar tener la casa y la mente limpias y ordenadas. Propongo crear un mapa de sueños en que se plasmen nuestros deseos para que en este año que entra afirmemos esa realidad que queremos crear.


          Agradezco a mis lectores, el tiempo que han dedicado a leer mis artículos, los quiero mucho y ojalá sigamos conectados el próximo año. ¡Feliz 2023 …! Celebrando la alegría de estar vivos ¡

nerea6@yahoo.com

 

 

 

jueves, 8 de diciembre de 2022

Eso que nos falta...

 

Por Elsie Betancourt

A veces suelo oír que, a muchos niños y jóvenes hay que llamarlos varias veces en la mañana para que vayan al colegio. Se levantan irritados porque se acuestan muy tarde, hablando por celular, viendo la tele o en Internet. No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos ponen un dedo en nada que tenga que ver con “arreglar algo en casa”. Yo al menos ya tengo mis hijos hechos y derechos, crecidos ya, e imponiendo “sus normas” en sus respectivos hogares. De eso se trata ….  Mis apreciaciones corresponden a las experiencias que veo en otros entornos de familias cercanas que son muy positivas unas y no tan buenas en otras por el relajamiento en costumbres que se puede observar en ellas.



            Es frecuente ver que muchos jóvenes Idolatran a sus amigos y viven poniéndoles defectos a sus padres, a los cuales acusan a diario de sus “traumas”.… No hay quien les hable de ideologías, de moral y de buenas costumbres, pues consideran que ya lo saben todo. Hay que darle su “semana” o propina de la que se quejan a diario porque “eso no me alcanza”. Lo que debo decir es que también hay jóvenes que son consecuentes, colaboradores, respetuosos y justos. De todo hay, como en botica. Un gran % de éstos últimos, se dedica a viajar para conocer el mundo y aprender de otras culturas lo que le gustaría implementar en su vida; está el emprendedor que crea su propio negocio y el que lleva una vida fit, llena de ejercicios, comida sana, muchas maratones, etc.…


            Otro lado de la moneda muestra que aun el día en que consiguen trabajo, algunos hay que seguir manteniéndolos; me refiero más que nada a un sector de chicos de clase media que pueden estar entre 16 y 24 años y que conforma la tristemente célebre generación de los Nini´s, que ni estudian ni trabajan o que estudian y trabajan con todo el pesar y malestar que pueda que les genere.

            Lo que pasó con nuestra generación, es que elaboramos un discurso que no dio resultado en muchos: “No quiero que mi hijo pase por los trabajos que yo pasé…” No hay que olvidar que tenemos lo que tenemos, con esfuerzo y sacrificio y valoramos los esfuerzos de nuestros padres, “al ver y compartir” su trabajo, en lugar de ocultarlo y aparentar que todo es color de rosa en la vida. El Dame y el Cómprame siempre son generosamente otorgados en muchos y se han convertido en habitantes de una pensión con todo incluido, (TV, DVD, equipo de sonido, Nintendo switch, Internet entre otros y comer en la cama) … Recoger el reguero no es prioritario ya que se les hace tarde para salir … Y así se pretende que la casa sea un hogar.



            La música, la moda, los conciertos, la tele, la moda y toda la electrónica de la comunicación han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó y ellos (los más jóvenes) se aprovechan de nuestra supuesta des- información para salirse con la suya; ya que ahora Los HIJOS MANDAN Y LOS PADRES OBEDECEN. Ahora somos padres ignorantes con hijos informados – mal – algunas veces, pero con información al cabo.

                        ¿Será que somos la generación que pedía permiso a los padres y ahora pide permiso a los hijos? …estamos forzados a revisar los resultados, si fuimos muy permisivos o si hemos trabajado tanto, que el cuidado de nuestros hijos queda en manos de las “domésticas maestras” y en un medio ambiente cada vez más deformante y supuestamente por nuestro cargo de conciencia de no tener mucho tiempo con ellos. ¿Estaremos en un nuevo modelo de vida?

Es claro que el crecimiento tecnológico y científico de alguna manera han contribuido para que se bajen los valores morales de la sociedad; la corrupción desde el poder desnuda esa falta de valores. El conformismo desde la sociedad es como una pesadilla en la que todos esperamos que nos salven los que nos han traído aquí. En ese mercado en donde todo se compra y vende (la $$$ es lo que compra todo y cuando digo todo, es todo) se genera la incertidumbre que a todos nos invade. Pienso que es nuestro derecho, restaurar la memoria y el futuro especialmente de los jóvenes que son los llamados a liderar nuevas estrategias. ¿Cuál será el camino? No sé, pero lo que, si se es que nunca es tarde para cambiar en una sociedad educada en valores y mientras tanto, esperemos que este 2023 traiga cosas buenas a todos para seguir fuertes y bendecidos en el camino que nos toque transitar y que los jóvenes responsables y con criterio, estén más presentes y alcen la voz por todos.

nerea6@yahoo.com

 

 

 

miércoles, 9 de noviembre de 2022

Juegos en el Tiempo

 

(Escuchar audio)...


Por Elsie Betancourt

           A diario vemos que los niños de ahora, sólo están enchufados al celular, al IPad, computador, etc. y hasta los juegos en línea con amigos aquí y en cualquier otra parte,  es una costumbre. Es contrastante la evocación de la niñez (por lo menos para los de mi generación), llena de juegos tradicionales que heredábamos de nuestros mayores, en donde el empleo del propio cuerpo o de los recursos de la Naturaleza era la costumbre; el tiempo pasaba sin que nos diéramos cuenta y no nos aburríamos y éramos libres como el viento. Ahora, las condiciones son diferentes y la seguridad de niños y adultos es un tema que hay que considerar.

             Los juegos nos han entretenido por décadas y si bien es cierto que han perdido terreno, sus valores siguen intactos. Desde un enfoque cognitivo, Piaget afirma que el juego es  la actividad más agradable que todo ser humano experimenta desde la etapa inicial, creando un cúmulo de experiencias para formar aprendizajes significativos, adquirir conocimientos, habilidades, destrezas, hábitos y normas con la finalidad de ayudar a las niñas y los niños a alcanzar metas propias de la edad en la que se encuentran.  Intentaré desempolvar el recuerdo de lo que nos deleitaba cuando éramos niños. Curiosamente no había diferencia de actores cuando jugábamos, jugaban niños y niñas, todo tipo de juego. Jugábamos cuando salíamos del colegio, sábados y domingos. Era una patota grande la que se reunía. Entre los juegos que más jugábamos estaban:

 

           La Peregrina, que se jugaba cogiendo una piedra lisa y grande y con puntería irla circulando en cada cuadro; había que saltar cada cuadro excepto el que tenía la piedra y de regreso inclinarse a cogerla con 1 pie apoyado en el cuadro anterior. Cabe anotar que el reto era tener la visión y la precisión para lanzar y tener el equilibrio con la pierna que brincaba cada cuadro … así desarrollábamos la motricidad gruesa y fina mientras nos divertíamos. En el juego de La Semana, jugábamos a mover con el pie una piedra lisa y grande por todos los cuadros de los días de la semana, sin que se saliera del mismo; mucho equilibrio se necesitaba.

            De los juegos que más jugábamos estaban La Lleva, El Escondío, La bolita de uñita, El trompo, La Estatua, Saltar la cuerda, los jacks o las piedras, montar bicicleta, explorar los alrededores, hacer arroces, (que la mayoría de las veces salían ahumados y duros) prendiendo con pedazos de madera el fogoncito improvisado… y nos sentíamos seguros y felices.

            Cuando se jugaba a las piedras o a los jacks, la conexión ojo mano era fundamental. También recuerdo jugar a la OA una bola que tirábamos a la pared y en la que se hacían unas afirmaciones: OA, sin moverme, sin reírme, a la mano, al pie, remolino, torbellino, media vuelta, vuelta entera…. desarrollábamos así la coordinación, siempre agarrando la bola y ejecutando la acción que nombrábamos. Jugar al trompo era un deleite, para hacerlo bailar en la mano...

            No quiero cansarlos con tantas evocaciones, pero para mí fueron herramientas poderosas de formación y de diversión. No obstante, creo que muchos padres hoy aprovechan al máximo las opciones de aprendizaje que la tecnología ofrece y en paralelo dedican especial atención a los juegos de siempre porque indiscutiblemente son una gran herramienta educativa.

                Lo que pone en serio peligro los juegos tradicionales, es la falta de tiempo libre de los niños, porque éstos suelen tener muchas actividades y en la mayoría de los casos ambos padres trabajan. Estos son nuevos tiempos, ni mejores ni peores que los de hace décadas, son distintos. En general los juegos mencionados,  se desarrollaban en espacios abiertos y preferiblemente en grupo.

              ¡Proponer y enseñar a los hijos los juegos tradicionales será siempre un acierto! Con el juego se descarga energía física, se aumenta la flexibilidad y agilidad, se desarrollan y fortalecen músculos y extremidades. El juego no tiene metas, es espontaneo y voluntario, por eso creo que hay que defender el que no se extingan éstos y muchos otros que son nuevos y  que alegran la infancia y  nos hacen crecer como adultos sanos!

 nerea@yahoo.com

martes, 25 de octubre de 2022

¿Cómo Hablamos a los Demás?

 

Por: Elsie Betancourt

            Cuando me senté a escribir este artículo, me llegó a la mente la frase que siempre le he oído a los dueños de mascotas, ya sean perros, gatos, peces, etc.… “si tu mascota hablara, quien sabe que diría…” porque éstas además de ser fieles y amorosas, son testigos mudos de los sentimientos genuinos que cada uno tiene y que no les escondemos.

            No sé si es un tema cultural o de generaciones, pero vengo de una en la que se callaba mucho y se hablaba poco de lo que se callaba; yo al menos daba por sentado que las cosas eran como se me presentaban y las aceptaba sin objetar … (menos mal que he cambiado el chip y no dejo pasar las que me parecen inconvenientes) … al revés de lo que se ve ahora, no se habla mucho por estar inmersos en el celular o en el computador y no sabemos cómo se procesa esa información a la que se accede, porque no se comparte, sino que se traga entera muchas veces, originándose así un círculo vicioso en la comunicación.



            Una cosa es poseer el “pensamiento hablado” como dicen por ahí… y otra muy distinta es hablar sin mesura y sin sopesar el impacto que cualquier cosa que uno diga pueda tener en el otro. Aprender a hablar “claro” y defender las ideas sin dejar de ser uno mismo es pertinente en momentos en que casi todo está sujeto a la automatización; ya casi las conversaciones escasean porque es más importante ver el ultimo tik-tok, el mensaje de whassap, jugar en el celular, etc… Es frecuente ver en almuerzos y comidas, a sus invitados enchufados cada uno en lo suyo.  La capacidad de aportar valor con las ideas, resulta imprescindible para la supervivencia profesional, personal y para promover vínculos de confianza en nuestras relaciones.

Muchas veces no nos atrevemos a defender nuestras ideas por miedo al qué dirán, por una baja autoestima o por miedo a sentirnos incomprendidos. Sin embargo, todos tenemos derecho a defender lo que pensamos y poderlo transmitir a los demás. Para ello, lo ideal es saber manejar nuestras emociones. Cuando se habla de defender las ideas no se trata de atacar a los demás ni de insultar o faltar el respeto. Sino de ser más receptivo y comunicarse con los demás de forma positiva. Quizá no nos gusten las ideas de los otros y a ellos las nuestras, pero eso no debe crear ningún conflicto en nosotros.

Para mí, la palabra es poderosa e irradia hacia muchos planos la esencia de lo que somos. Aunque muchas personas digan que una imagen puede valer más que 1000 palabras y en ciertos casos es verdad, no hay que olvidar que cuanto sale de nuestra boca tiene un valor grande y puede hasta sobrepasar el mensaje no verbal de una imagen.  Por ejemplo, el discurso que despliegan algunos dirigentes, puede cautivar a los que tragan entero, que son muchos en este país. Si no que lo digan los políticos actuales.

La fuerza de las palabras es tal, que no son necesarias demasiadas para causar una profunda alegría o una honda tristeza; muchas veces, basta una frase que valide una emoción que sentimos o un párrafo corto que ataque nuestro punto más débil.  ¿Quién no tiene un amigo tóxico o manipulador que sabe cómo usar la palabra para “sacarnos la piedra”? ¿A quién no le han dicho nunca, palabras llenas de ira, resentimiento, dolor, rechazo o tristeza?

Hablando de lo que irradia la palabra, un aspecto importante que debemos tener en cuenta es el dialogo interno. En este sentido, debemos cuidar de esas palabras que nos decimos, pues terminan ejerciendo un poder sobre nosotros mismos. Cuando hablamos con nosotros mismos elegimos unas palabras determinadas y no otras y nos decimos una serie de cosas que pueden ser positivas o negativas. Por otro lado, el dialogo externo, es el que une las experiencias que vivimos día a día y que forman esa tradición oral que tanto nos enriquece.

La palabra es fuente de belleza, de poesía, de creación, de amor, de vida, de alimento para el alma, de positivismo… Pero, como todo en este mundo, hay un lado oscuro que la retuerce y la oprime, la grita y la estrangula. La responsabilidad con la que ejerzamos y disfrutemos del poder de la palabra es nuestra. Utilizarla para crear construir, compartir, acariciar o abrazar en vez de para agredir, atacar o destruir, en el fondo, es nuestra decisión.

Expresar el propio punto de vista ante los demás está bien, siempre y cuando seamos capaces de no caer en la arrogancia. Una palabra alegre, puede cambiar totalmente la fragancia y los colores de nuestro día…Una palabra oportuna: puede aliviar la carga y traer luz a nuestra vida…Una palabra de amor: puede sanar el corazón herido…porque las palabras tienen vida; son capaces de bendecir o maldecir, de edificar o derribar, de animar o abatir, de transmitir vida o muerte, de perdonar o condenar, de empujar al éxito o al fracaso, de aceptar o rechazar… si la gente supiera que palabras equivocadas destruyen sueños, relaciones, autoestima tendrían un filtro en la garganta.  A las palabras no se las lleva el viento, cada palabra destruye o edifica, hiere o cura … ¿Cómo hablamos a los demás?

nerea6@yahoo.com

 

jueves, 22 de septiembre de 2022

Del Ego y sus Chispas...

Por Elsie Betancourt

            Cuando miramos a nuestro alrededor, vemos muchas personas que van de un lado para otro, el tráfico, los trancones, las casas, los avisos publicitarios, la pila de carros parqueados en cualquier lado, hombres trabajando arreglando calles, escobitas barriendo las mismas y no dejan de asaltarnos las preocupaciones que traerá el nuevo gobierno con su famosa Paz Total y muchísimas cosas que forman parte de la realidad que vivimos, dura para muchos, llevadera para otros e inigualable para pocos. Debajo de ese mundo que hemos creado, se encuentran los seres humanos con personalidades específicas, con sentimientos, resentimientos, acciones y miedos. Lo que se manifiesta exteriormente de cada uno, es la punta del iceberg, pues en nuestro subconsciente se encuentra el control que dirige nuestro comportamiento en el mundo exterior.

            Cuando somos niños, nuestra personalidad viene dictada por las exigencias dictadas por los comportamientos y reglas que vienen de los adultos. Aquí conviven lo que pensamos nosotros, (ya que traemos nuestra propia visión y entender de las cosas, proceso que va evolucionando desde la gran despensa de la niñez pasando por la adolescencia y llegando a la adultez), con lo que, a la larga, según mi real entender, es la elaboración inconsciente de un falso ser, que se acopla con el genuino y que hace que nos relacionemos de forma superficial con el mundo evitando que puedan conocernos realmente.

            A veces la autoestima se eleva tanto, que ciega la imagen que tenemos sobre nosotros mismos, haciéndonos creer que somos más importantes o mejores que los demás. Como dicen por ahí, “pelar el cobre” es mostrar ese ser que permanece en el inconsciente y que reacciona inesperadamente cuando por circunstancias especiales se activa, cosa que ocurre con frecuencia; diría que es el papel que estamos desempeñando, evitando todos esos hechos que nos pueden delatar. Esa máscara gusta de la aprobación de los demás, la que quiere controlar y como dice Deepak Chopra: “esa máscara se apoya en el poder porque vive en el temor”.

            Ya cuando somos mayores, las manifestaciones del ego son diversas, ¿desde el “Ud. no sabe quién soy yo…”?  hasta pasar por la creencia de que somos lo que hemos estudiado o lo que no… o somos lo que hacemos o no hacemos…  somos las posesiones o bienes materiales que tenemos… los pensamientos de agrado o desagrado por la apariencia física que proyectamos cuando estamos ante un espejo en donde afloran las imperfecciones de la salud y el cuerpo, que con los años se va poniendo flácido y mustio… el maltratar física y mentalmente a los más débiles, etc.  Muchas veces la sensación de superioridad parece que diera la potestad de juzgar a otros, de considerar que los demás son poca cosa, que son débiles; es muy frecuente ver que hay personas que tienen la necesidad compulsiva de ganar en una discusión o de imponer su razón a cualquier precio.

            Siempre he leído en algún lado, que nos hemos desconectado de nuestro otro yo, de ese que se manifiesta cuando no interviene la mente; nos hemos desconectado de la paz, la conmiseración hacia los demás, de agradecer a la fuerza invisible que hace que todas las reacciones físicas, químicas y biológicas tengan su lugar en cada organismo humano y en la naturaleza.

            Mientras tanto el sol sigue saliendo y dándole vida a todo lo que habita en nuestro planeta. Todo está interconectado y si no veamos la respuesta que la naturaleza da a todas las agresiones de la que ha sido víctima. Realmente no sabemos quién somos, gracias a la conexión que hay entre el Ego y la Materialidad, desconectándonos de eso que nos hace ser mejores seres humanos.

            ¿Qué hay que hacer para quitar ese ego? … No tengo idea porque no soy psicóloga ni me interesa adentrarme en esos menesteres, pero se me ocurre que sería chévere reconocer que somos valiosos en unos aspectos y en otros no tanto y aceptar el valor que los otros tienen. Hay que practicar dar “el brazo a torcer” … como dice el saber popular para no ahogarse cuando alguien está encerrado en sí mismo y a los nuevos aprendizajes que la vida en su infinita sabiduría nos da para adquirir El Doctorado en Humildad. Yo estoy trabajando en eso, no es fácil eliminar las chispas que le dan vida al ego, pero creo que, si lo intentamos, puede que la vida se nos llene de bienestar y paz interior.

                                                Gracias por leer la reflexión¡

nerea6@yahoo.com

 

jueves, 25 de agosto de 2022

De la Orfandad y el Olvido ....

 


Por: Elsie Betancourt

            La reciente muerte de mi mamá me ha hecho sentir una gran nostalgia, arropada de mucha resignación y a la vez de alegría por el deber que cumplió ella a cabalidad junto a toda su familia. Eso me lleva a pensar que la Orfandad y el Olvido, crecen y se reproducen como la verdolaga y se da en muchos niveles. Todos la podemos padecer. Si bien es cierto que al perder el papá, la mamá, un hijo, un pariente, una mascota… quedamos huérfanos de ellos igualmente, quedamos huérfanos en el buen sentido de la palabra de los hijos, cuando ellos crecen y se van del hogar.

            Hay pérdidas físicas de las personas u animales que amamos y que son irremediables, de las que uno se repone con el tiempo, pero que perdurarán presentes por siempre en el corazón. Hay otras que tratamos de hacer llevaderas, porque esa es la ley de la vida y ocurren cuando los hijos crecen y vuelan del seno del hogar. Sin embargo, es duro ver cuando ese niño o niña que dependía enteramente de uno/a con el tiempo va mostrando que creció. ¿En qué momento pasaron a un segundo plano los cuentos que eran la costumbre, para que se pudieran dormir, los cumpleaños, los partidos de futbol o de baseball? ¿Las sorpresas, las rifas, las piñatas … el pudin decorado con los motivos infantiles de moda, para celebrar los cumpleaños? … añoro la época de los payasos y magos que era un deleite para chicos y grandes …. Ya eso es historia patria, creo yo …. Hasta los niños de esta época dirán “Que oso¡"… Todo eso daba paso a las fiestas con amigos, las minitekas y las mamas y papas esperando en el carro para que salieran, siendo ya entrada la noche; la recomendación de siempre: “me llamas cuando te vayas a regresar, que yo te recojo…” Yo al menos, me sentía feliz si ellos estaban felices y no me importaba trasnochar esperándolos”.

                                                    

            Ya quedaron atrás, esas noches en las que el miedo a la oscuridad requería la presencia amorosa de la mamá, la dormida de 2 en una cama para 1 … la época en la que peleaban el puesto de la ventana en el carro, o el cojín para ver la TV: “me lo pido todo …” Era usual oír esa orden. Rápidamente llegó el tiempo en que debían estudiar en la Universidad, escoger novia, y uno rezando para que la decisión fuese la más acertada. La jartera que les daba a algunos hijos, a cierta edad, cuando tenían que viajar con los papás porque era más chévere estar con los amigos. Ni que decir cuando las decoraciones de los cuartos tenían que cambiarse urgentemente para no apenar al dueño ante sus amigos “ya grandes” …La llegada al colegio, fue la etapa de la exploración, nuevas experiencias, nuevas comunicaciones que los llevó a emprender un camino: el de la vida. El frío de la soledad golpea el corazón, como sugiere la canción el Camino de la Vida.
            Indudablemente nuestros errores y aciertos fueron el espejo formativo de nuestros hijos. Menos mal que al final llegan los nietos con los que puede uno abandonar las rigideces con las que crió a los hijos …porque esa tarea ahora es de los padres. Los abuelos estamos es para consentir y disfrutar ese amor que antes se irradiaba a los hijos y que no se agota, sino que reverdece en los nietos. Como decía mi mamá “Hijo eres y Padre serás”. Muy sabia. Otra frase que siempre que la leo me emociona es la de Gabriel García Márquez cuando dice: “los seres humanos sólo aprendemos a ser hijos después de ser padres; aprendemos a ser padres después de ser abuelos”.

            Nunca debemos dejar de aprender, disfrutemos a los hijos, a los nietos, a la familia en general, porque el tiempo vuela, la vida es corta y no sabemos lo que la Orfandad y el Olvido que seremos nos generará. Como se suele escuchar, los hijos no se van, la Vida se los lleva...

nerea6@yahoo.com

 

            




lunes, 8 de agosto de 2022

Rosario de Romances ....


Por: Elsie Betancourt

            Hace unos días estuve visitando el Museo Romántico, cuna de archivos pertenecientes a la historia de Barranquilla. Se presentaba un excelente coro masculino que contrastaba grandemente con el entorno tan derruido y oscuro que nos rodeaba; pero a la vez mostraba la grandeza de los que en forma altruista quieren recuperar ese tesoro oculto que ahí se alberga, ofreciendo ese espacio para que no transite en el olvido y se realce su valor cultural.  Al llegar al Museo se me vinieron muchos sentimientos tristes, por el desarraigo que se tiene con estos sitios que debieran ser conservados y arropados por las autoridades pertinentes. Su actual estado deja poco a la imaginación para desear visitarlo. Una donación sugerida tímidamente a los asistentes al evento refuerza la idea urgente de meterse la mano al bolsillo para sacar adelante esta institución.

            En muchas ocasiones los archivos domésticos han servido para ilustrar hechos y momentos históricos importantes de la ciudad, el departamento o el país y que se suelen encontrar en estos museos. La documentación que se guarda a lo largo de los años es un tesoro que hay que preservar para las generaciones futuras. El tema es que, por falta de recursos, en el Museo Romántico, por ejemplo, pulula el comején, la humedad, los murciélagos y la falta de los servicios básicos, entre otros, como testigos mudos de todas esas fotos, documentos y objetos (15000, según me dijo el Presidente  “adhonorem” de la Junta que está al frente y que tienen mucha historia que contar);  todas las personas que forman la Junta,  se resisten a que sean eliminados o echados al cuarto de San Alejo o a un botadero de basuras, todo el acervo que está arrumado en rincones, cuartos sin ventilación alguna y estantes viejos.

            La memoria colectiva histórica, las tradiciones y nuestras habilidades ancestrales no reciben demasiada atención en la sociedad actual. Y eso que la Unesco ha rescatado demasiado.  Todos sabemos que las tradiciones y nuestro patrimonio cultural están muy presentes en nuestras vidas. Esas tradiciones son como fluidos que se mezclan con las circunstancias, influencias y costumbres modernas de ahora. De ahí, digo yo, éstas se pueden perder siguiendo una evolución natural y desaparecer sin que nos demos cuenta, como está ocurriendo.

            Yo no soy ni historiadora, ni curadora de museos, soy una simple ciudadana que piensa que los museos pueden ayudar a recordar y transmitir a los más jóvenes esos contenidos intangibles de nuestra cultura pero que siguen vivos en la memoria de muchos y me resisto a ver calladamente como se deterioran los testigos mudos de la historia  en Barranquilla.

            Habrá personas que dirán que no se debe estar acumulando papeles, fotos, vestidos ni cuadros viejos y “pasados de moda” … en la noche de los tiempos no debemos dejar que se esfume ese legado que tenemos. Es triste ver como se pierden algunas tradiciones, pero sé que existen lugares y entidades que se han comprometido a salvarlas y lo están logrando. ¿Porque no vamos a hacerlo nosotros? ¿Que habrá que hacer para que este Rosario de Romances con el pasado no se rompa? ¿Con quién habrá que hablar? Como decía Rodrigo mi esposo “averígüelo Vargas” ….

nerea6@yahoo.com


jueves, 7 de julio de 2022

¿Eternos? … Juventud Divino Tesoro

 

Por Elsie Betancourt

            Hoy más que nunca, la juventud es un don apetecido y apreciado por muchos para  mantenerse “jóvenes” en el tiempo… el que inexorablemente pasa. Tengo muchos amigos que suelen  pronunciar la frase de Juventud Divino Tesoro, con la intención de rememorar los años de juventud, teniendo ésta un cierto componente de melancolía y añoranzas.

            En el libro de poemas del poeta nicaragüense Rubén Darío (1905),  Cantos de vida y esperanza  se lee uno que dice: “Juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver, Cuando quiero llorar, no lloro y a veces lloro sin querer… etc.…”

                                             Poema de Ruben Dario: Juventud Divino Tesoro

            Vivir más y mejor para alejarse de la muerte es una lucha constante que se da para preservar la juventud  y el bienestar. Todos sabemos que la esperanza de vida es finita y algunos quieren encontrar la fuente de la eterna juventud lo que puede sonar a “sueño o ciencia ficción”. Siempre me pregunto ¿cuándo será que los científicos puedan obtener la duración óptima de la salud humana, esa que nos permita envejecer sin tantos achaques?

            En la antigüedad,  especialmente para los egipcios, la conservación del cuerpo material era una premisa que tenían para unirse con el “alma” en el  “más allá” y proseguir allí con su vida eternamente. En contraste, hoy  en pleno siglo XXI vemos que no es después sino durante la vida, que prevalece el deseo de mantenerse en la memoria histórica “jóvenes” como si el tiempo no pasara y como si fuera tan fácil detenerlo….

            Si nos remitimos a la historia patria,  corría el año 1543, cuando Colon acompañado de otras personas estaban dispuestos a conocer y conquistar las tierras recién descubiertas;  entre esas personas estaba Juan Ponce de León que quería encontrar la fuente de la eterna juventud de la que hablaban los indígenas, la cual sanaba a los enfermos y devolvía el vigor a los ancianos. Murió en su intento y nunca la encontró. Ya desde entonces estaba presente el deseo de buscar el remedio infalible para estar siempre jóvenes.

            Es ingenuo pensar que todos los años que vivamos de propina los disfrutaremos con salud. Un estudio de un Centro Geriátrico en California, concluye que la vida saludable de la población se ha reducido notablemente en la última década. Se vive más, pero con mas achaques.  Pero al rescate de todas las preocupaciones de entrar en años,  está la nueva industria del bienestar, la que analiza cómo usamos nuestro cuerpo, cómo ejercitamos la mente, en qué ambiente vivimos y cómo nos nutrimos. Creo que está sirviendo, claro que pueden quedar desmarcados los que no desean cambiar el chip y embarcarse en la onda de optimizar el bienestar. Pienso que la línea entre una actitud sana y un comportamiento obsesivo es muy fina y puede caer uno en cualquier extremo. En una civilización como la nuestra, que premia la juventud y penaliza a la vejez, es un nicho apetecible para abrir un negocio.

            El envejecimiento empieza en el momento en que se nace. Un niño crece y se vuelve adulto, continua evolucionando y cambiando física y mentalmente.  La consecuencia de cumplir años lleva a la senectud, que finalmente conduce a la muerte. En alguna parte leí: “que hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa”… No creo que hay que asumir que la única manera de divertirse y pasarla chévere es haciendo las mismas cosas que se hacían cuando jóvenes; la realidad que debemos aceptar como suelen decir es no añadir nuevos años a la vida, sino nueva vida a esos años.

nerea6@yahoo.com

             

domingo, 29 de mayo de 2022

Apreciacion Personal

Por Elsie Betancourt

            Las relaciones personales que a diario nos toca enfrentar se despliegan en un amplio espectro, desde nuestros seres queridos y amigos favoritos hasta con aquellos que nos “sacan la piedra”… cualquier relación tensa se complica si la energía y aguante andan de capa caída o no hemos hecho suficiente ejercicio para consumir la energía que si es negativa necesitamos botar y si es  positiva, invertirla en lo que disfrutamos hacer.

            Con frecuencia me ocurre sentir: “Que nadie me hable, que nadie me diga nada”….  descartando que no sea debido a depresión o cualquier otro problema de tipo psicológico, pienso que viene bien de vez en cuando estar con uno mismo, disfrutar de la tranquilidad y paz que se cultiva internamente. Algo que viene con la edad, es el valor que le damos a la tranquilidad. No lidiar con peleas innecesarias; no querer cambiar a nadie porque eso no es de la incumbencia ajena; no querer controlar lo que está fuera del control de las personas, es sano; siempre oigo decir que no es saludable lidiar con el proceso del otro ya que cada quien libra sus propias batallas. Debe ser cierto porque se lo oigo decir con frecuencia a psicólogos expertos en la conducta humana; una cosa muy distinta en las interacciones con los demás,  es apoyar de la mejor forma sobrellevando a las personas y fomentando valores de convivencia sanas.

            Creo que el arte de estar bien con uno mismo tiene que ver con la aceptación. No es que tengamos que ser pasivos o resignados. En el ajedrez de la vida, puede que querramos ser la Dama o el Rey y aspiramos a formar parte del entorno que nos rodea. Hoy más que nunca, necesitamos gustar y ser aceptados lo que nos resta autenticidad y hasta bienestar mental. Ese visto bueno de los demás a veces es tan contundente que dependemos de esos conceptos. Lo vemos a diario en las redes, a través de la vida de l@s influencers.  Tan pendientes estamos de satisfacer sus necesidades o saber cómo nos perciben, que olvidamos quiénes somos y que queremos. Entre la auto exigencia personal y las presiones externas se nos tiende a enredar la vida.

            Es claro que Todos somos producto de nuestra educación, nuestras experiencias y lo que nos rodea. Por ejemplo todo lo que tiene que ver con el aspecto físico (si somos gordos, flacos, demasiado bajos o altos, o con ausencia de elementos artificiales que potencien la belleza del cuerpo tanto de hombres como mujeres),  lo dicta la moda de las redes sociales;  nuestros valores y competencias no nos hacen perfectos pero si define lo que somos.  Sin embargo, ser uno mismo, debe ser trabajar cada día en nuestra mejor versión, sin que importe lo que el resto diga y piense. Es una tarea un poco compleja, pero vale la pena.

            Cuando defendemos lo que pensamos y nos creemos capaces de llevar a cabo nuestros objetivos, es posible que nos perciban como personas atractivas y seguras. No tiene que ver con la arrogancia sino con transmitir que te respetas y apuestas por ti, por lo tanto pueden confiar en ti. Por eso mi apreciación personal es la de ver con agradecimiento lo que la vida nos da, las personas que tenemos alrededor y ser y actuar en forma coherente entre lo que sentimos, lo que decimos y lo que hacemos, a menudo fuente de conflictos internos.

nerea6@yahoo.com

martes, 3 de mayo de 2022

Deshojando Margaritas: Corazón o Razón?


Por Elsie Betancourt

            Siempre he oído decir la frase “el corazón tiene razones,  que la razón no entiende”. Me parece que es una frase con un contenido bien profundo. La intuición, o instinto llamado por otros,  muchas veces ofrece las “soluciones correctas” a muchos problemas. Pero uno no le para bolas a eso.

            El filosofo Blaise Pascal decía:  El corazón … es el misterio que dicta nuestras vidas, es el que impulsa a una variedad de emociones a veces contradictorias; es el que nos hace decir cosas que nunca hubiésemos revelado o hacer lo que nunca pensamos” .

            En ese terreno creo yo,  entran en juego las emociones que son las que guían el corazón. Definitivamente son el instrumento para manejar y mejorar nuestra vida, ayudándonos a todos a tomar las mejores decisiones y construir relaciones de calidad con los demás. Sólo que omitir esa pequeña consideración (la emoción),  puede echar a perderlo todo. Ejemplos hay muchos. En el área del deporte, hay jugadores que llegan a los limites del rendimiento físico y mental para conseguir algo considerado imposible: Ganar ¡… Eso que se le mete a lo que se hace y que a veces muchos no entienden: Corazón.  Sólo hay que fijar los límites de cualquier acción y aquí entra la Razón. Recientemente en Santa Marta, en el estadio Sierra Nevada se sobrepasó toda acción mesurada en un partido de fútbol. Hay acciones que van  desde escupir un árbitro, romper las sillas,  hasta el asesinato,  que pueden pasar ese peligroso límite entre  razón o corazón.

            Otro ejemplo que cabría traer es cuando la persona se enamora. Las emociones toman el mando y dirigen sus decisiones y una vez se sale de ese estado de ensimismamiento, la pregunta es  ¿cómo es posible que actuáramos así, sin tener en cuenta más opciones que las que dicta el corazón, incluso desatendiendo los consejos de personas que apreciamos y tenemos en alta estima? Esto aplica a esas personas que a pesar de que  dicen quererlas, se las maltrata y hasta pueden llegar a  matarlas.

            Aunque el ser es una unidad y funciona como tal, todavía hay quienes creen que los sentimientos residen en el corazón sin darse cuenta de que éste es un órgano que se encarga de hacer circular la sangre por todo el organismo al contraerse y dilatarse… es en el cerebro donde está la facultad de pensar y gestionar las emociones. Obviamente nutrimos al cerebro con toda la experiencia personal, la maestra de la vida.  Cada  uno madura de acuerdo a lo que ha vivido. Hay quienes son muy racionales, otros muy sensitivos y espirituales.

            Pensar, Sentir y Actuar son las 3 manifestaciones principales de cualquier ser humano.  No todo se puede resolver pensando sino sintiendo  qué hacer. Al menos yo generalmente me dejo guiar mucho por la intuición y por las impresiones de primera mano, que se pueden articular con lo racional sin pecar de ilusa. La razón va a la velocidad del rayo y el corazón va a la velocidad de la luz. Desafortunadamente la escuela no educa para controlar la velocidad de las emociones pero quizás en el día a día aprendamos con todo lo que nos topamos: momentos dulces, agridulces y agrios. Es difícil darnos cuenta de nuestros impulsos negativos para controlarlos. Los que no tienen esa capacidad se hacen y hacen daños irreparables a la sociedad como vemos a diario.

            Tranquiliza pensar que tenemos un mecanismo  que nos advierte lo que es más adecuado para nosotros, llámese como lo quieran llamar. No siempre es fiable esta advertencia, porque podemos caer en fobias y en ansiedad. Por suerte junto a esto que yo llamo intuición, siempre hay una razón que nos permite analizar los pros y los contras y es con la que nos movemos a diario, entre lo que dice el corazón y lo que dice la mente.  Ojalá cuando al deshojar la margarita, retornemos al lenguaje natural del amor que nos acercará a una experiencia racional  afectiva que sea  honesta, respetuosa y realista. Quizás ésto sea lo que hace chévere la vida, la capacidad que tenemos de equivocarnos manteniendo el equilibrio entre mente y corazón  y aun con todo seguir adelante y mantener la esperanza.

nerea6@yahoo.com