jueves, 11 de julio de 2019

Volver a Ser?…


Por Elsie Betancourt

            La violencia es un fenómeno mundial y complejo que se presenta mediante muchas formas de expresión en todas las sociedades y en distintos escenarios. En la actualidad, hace tristemente parte de lo cotidiano y es sin duda, el principal problema que estamos afrontando en muchos frentes, independiente de la clase social y la situación económica.



            El remezón que sufrimos todos los colombianos luego de los actos de terror en Bogotá que provocaron la muerte de más de 20 personas, jóvenes que buscaban servir al país, nos lleva a pensar que la impunidad no debe arropar estos actos irracionales. Las recientes marchas de protestas contra el terrorismo reunieron a “todos los colombianos” sin distingo de partidos políticos, fue una sola voz la que acompañó y se solidarizó con los familiares de los fallecidos.

El cansancio de ver lo inimaginable en el accionar de las personas, nos está llevando a un estrés y paranoia constante porque sentimos que el peligro nos respira detrás de la oreja. ¿Cómo se hace para “volver a ser?” Cómo se llega a mirar para adelante y a sentir que sí, que se puede, que hay un futuro mas allá de la violencia? Cómo sacudirse de los días, meses, años de maltratos, de robos de frente mar, de la corrupción, de la impunidad, de la indiferencia, de la pobreza? Quisiera tener la oportunidad de conocer a quien nos ayude a encontrar la fórmula para resolver estos y otros problemas que nos aquejan.

Sin ir tan lejos, podemos ver que los desastres políticos que se generan cuando hay personas no capacitadas para desempeñar cargos es una práctica que debe parar. Será que el cambio debe empezar desde la primaria, cuando se inicia la formación de los niños, dándole un nuevo valor al esfuerzo, a la capacidad y a los talentos verdaderos de los que se convertirán en los guías en el futuro?  Es posible que en la Educación, la cultura, las artes, la unidad y la identidad nacional se puedan encontrar instrumentos que generen cambios en las mentalidades, como se ha comprobado en comunidades donde se cambian actos de violencia por acciones que producen satisfacciones sanas como el deporte, el arte, la música, etc.

Con frecuencia vemos que las limitaciones económicas afectan a estudiantes con grandes capacidades, mientras ricos mediocres, acaparan los puestos. De ahí podrían surgir las desigualdades que disparan el inconformismo, el rechazo,  la apatía y la impotencia en nuestra sociedad.

Expertos sociólogos sugieren que a nivel mundial existen los programas de prevención de la violencia, que incluyen entre otras: desarrollo de aptitudes para la vida, para prevenir la violencia juvenil, la educación de los padres para prevenir el maltrato infantil, el apoyo a los cuidadores para evitar el maltrato de personas mayores y siguen más iniciativas. Aquí en nuestro país, parece ser que esos programas no se han desarrollado, porque el abuso y muerte de menores sigue en ascenso, ni se diga de la violencia de género, que se da sin que existan penas ejemplares para los culpables.

 La voluntad y la participación de todos facilitarán la fuerza transformadora en estos tiempos tan difíciles. El “Ya no mas ¡” tiene que marcar la diferencia para resistir, sobreponernos y salir fortalecidos de estas condiciones tan críticas en materia de seguridad que estamos afrontando  con “acciones” que nos permitan  volver a ser personas confiadas y orgullosas de quien somos y de lo que tenemos.

nerea6@yahoo.com

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