jueves, 11 de julio de 2019

Mas Arte, Maestros!


Por Elsie Betancourt

                      Ser niños o niñas en este siglo no es fácil. El día a día transcurre para unos y otros frente a un computador, celular o pantalla de Tv.  A  los sonajeros y otros juguetes para calmar a los bebés, hay que agregar los sonidos musicales de los celulares de los padres; los libros de cuento en papel los remplazan los formatos digitales y así podemos seguir enumerando los cambios que experimentamos de unos años para acá.


                       El manejo de la tecnología desde edades tempranas no es malo ya que los niños agudizan sus sentidos, desarrollan habilidades,  destrezas, concentración y  memoria. Lo malo está en la forma en que se usa ésta: para resolver pataletas, sacar del aburrimiento a los que no conocen formas de entretenerse jugando solos o acompañados, por comodidad para algunos padres,  por carecer de recursos creativos para fomentar una buena formación y siguen las razones…

                       Los años de la infancia son fundamentales para el desarrollo posterior de todas las personas. Si bien es importante la herencia recibida, el papel del ambiente en su evolución es aun más.  El cuidado que los niños reciben y las experiencias que se les ofrecen y viven, tienen una relevancia grande para su desarrollo y aprendizajes posteriores.

                      Antes, se pensaba que el desarrollo sensorio motor, comunicativo y afectivo junto con la alimentación equilibrada y la salud, eran los factores que debían orientar la educación infantil. Sigue siendo cierto, pero hoy la investigación neuro-científica, evolutiva y pedagógica destaca que la creatividad, la educación artística, a través de la música, danza, pintura, teatro, canto y otras más, deben formar parte de los ejes fundamentales de un buen proyecto educativo. Estas actividades no se deben considerar como elementos separados del resto de las acciones que los niños viven a diario, sino que favorecen la creación de vínculos afectivos y de confianza.

                     Cuando la Educación se encuentra con el Arte y la Cultura, se abre una vía que brinda a los pequeños y grandes la posibilidad de desarrollar todo su potencial, a enriquecer proyectos que van en beneficio de su desarrollo integral. Me dedicaré a hacer un breve análisis por ejemplo de ¿porque la música? Porque  provoca emociones que se traducen en sonrisas, llanto y relajación en todos. Porque nos emociona ésta? Porque modifica el estado de ánimo, estimula un buen estado de salud, desarrolla áreas del proceso auditivo, reduce el estrés y estimula la concentración. Cualquier estado de nuestra vida, está y estará siempre ligado a ella. Sin importar el tipo de música, cuando se escucha alguna canción, se viven emociones y recuerdos. “Las 4 Fiestas” de Adolfo Echeverría es un ejemplo claro de las remembranzas que esta  canción nos despierta. 

                    El poder evocador de la música proviene en gran medida de prolongar, suspender y gozar expectativas que con los primeros compases hace que el cerebro libere una sustancia implicada en el sistema de recompensa y placer: se llama dopamina. Música no es más que una secuencia de sonidos ordenados a base de ruidos, silencios y ritmos. La capacidad para disfrutar de ésta, es una de las pocas habilidades que nos diferencian del resto de los animales.

                      Según el investigador educativo Efland,  la incorporación del arte (llámense todas las disciplinas asociadas con éste) a la educación, contribuye a que los niños comprendan que lo verbal y las matemáticas no son los únicos medios para comprender y representar al mundo y que hay otros lenguajes. Las diferentes artes en la enseñanza enriquecen el mundo educativo desde lo cognitivo, lo emocional y lo afectivo.

                      Es importante aclarar que no se pretende hacer artistas a todos los alumnos, unos serán apreciadores y otros ejecutantes, es decir, no todos los melómanos saben tocar un instrumento, pero si aprecian la música; los coleccionistas de arte no saben pintar pero conocen de pintura; no es necesario escribir un libro para disfrutar de su contenido.  El arte enseña a ser más tolerantes y abiertos; permite que los niños se expresen en forma creativa; promueve el trabajo individual y colectivo; aumenta la auto confianza, por todo ello necesitamos más música, más literatura, más dibujo, más teatro, mas danza en la educación formal.

                     La renovación educativa en la 1ª infancia es un desafío en el siglo XXI porque los niños son el futuro de la humanidad, pero urge ocuparnos del presente, respetándolos como sujetos portadores de ideas, creencias, deseos y sentimientos renovados y actualizados, por eso necesitamos que haya más Arte, maestros!

nerea6@yahoo.com

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