Por Elsie Betancourt
El paso del tiempo y los avances de
la vida moderna, han hecho que muchas costumbres hayan ido desapareciendo. Me
permitiré recordar algunas, (son tantas¡) sin que ello quiera decir que las
echamos de menos.
Los lutos han ido desapareciendo. Hace ya
muchos años, las mujeres dejaron de usar el estricto vestido negro que a veces
correspondía a “estar de consideración”
o a forrarse de negro para mostrar el luto por la muerte de un allegado o
familiar. Hasta los hombres han dejado de vestir totalmente de negro y llevan
una cintica negra o una señal de tela negra para indicar su luto, otros todavía usan la corbata negra. Dicho sea de
paso el “sin-corbatismo” muy de moda en la actualidad, se suele llevar en
matrimonios o reuniones especiales en las que hay que estar “chic” cosa que
difiere con la moda de hace unos años.
El piropo prácticamente desapareció. Antes,
su fin no era el enamoramiento, sino un gesto de cortesía respetuosa, una
demostración para destacar los atributos de la persona. Podía referirse al
cuerpo, los ojos, el cabello o la figura. Se dice que éste como tal, surgió
justo cuando los honorables miembros de las cortes reales europeas no podían
desbordar sus pasiones por considerarse ésta una conducta propia del vulgo.
Como alternativa para la declaración de su amor, optaron por la seducción
mediante palabras encantadoras y sensuales y fue así como éstos se convirtieron
en expertos “en hacer la corte” dentro de las restricciones propias de su mundo
y su cultura para enamorar y consumar su amor.
Hoy por hoy, el piropo ha llegado a ser un acto de
agresión verbal y de violencia de género. Indudablemente que hay comentarios
burdos acompañados de gestos que a veces resultan ofensivos. Pero también los
hay inofensivos, que tienen gracia, por
ejemplo el “psss, psss, mamacita” o
“Uyy mami, si así como caminas
cocinas, si fuera yo, me como hasta el pegao” y que tal: ¡Chao suegra¡ (típico
cuando la mama acompaña a la hija) . El detalle no está en el quién, sino en el
que y el cómo. Unos hacen reír, otros por el contrario molestan y hacen pensar si realmente la
persona que los dice tiene algo en el
"cacumen".
Actualmente, el tema del piropo
desata controversias, ya que para algunas sociedades puede resultar ofensivo
mientras que para otras es una práctica aceptada con restricciones. Este ya no
es un evento cuyas consecuencias pasen con disimulo; para algunas mujeres puede
ser “el mejor tratamiento de belleza” mientras que para otras un “acto
indecente”. El piropeador ya ni siquiera espera respuesta, suelta el comentario
como un acto de satisfacción personal y se acabó. La costumbre traviesa como
parte del coqueteo callejero, hecho con humor y respeto ha pasado a ser un
hecho fortuito que está mandado a recoger como medio de galantería y conquista.
Este cambio no sólo demuestra el ambiente de violencia y el sometimiento de la
mujer, sino la escasez y falta de vocabulario debido a la cada vez menos práctica
lectora del que lo hace. Cada día es más
evidente que las características poéticas y pintorescas que en sus inicios
tenían este tipo de expresiones han dado paso al uso de un lenguaje vulgar que
denota la pérdida de valores, la falta de imaginación y vocabulario.
Con el correr de los años y la aparición de nuevos descubrimientos y
tecnologías, la correspondencia se remplazó por otros medios de comunicación.
Primero fue el teléfono con discado que dio paso al móvil; siguió Internet que nos
permite contactarnos en tiempo real ya sea a través de correo electrónico, chat
o videoconferencia. Las piezas de museo que aún quedan son los llamados
“teléfonos públicos”. Los juguetes de antes no eran tan sofisticados como los
de ahora pero gracias a la imaginación todo era diversión!
Chévere echar la vista atrás y
recordar la infancia o juventud, sintiendo la sensación de emoción y nostalgia
del tiempo pasado. Ese sentimiento de encanto ante el recuerdo del objeto
ausente, en desuso o desaparecido para siempre en el tiempo genera
nostalgia. La sensación triste y dulce
de lo que ya no está, se nos presenta en ocasiones y cualquier cosa que nos los
recuerde es encantadora. Seguiremos haciendo recuentos en un próximo artículo.
nerea6@yahoo.com
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